El legado de la escultora, compuesto por 518 piezas, ha sido donado a la Junta de Castilla y León y formará parte de los fondos del Museo de Valladolid. De esta forma, se pone a disposición del público y de los investigadores la obra de una relevante figura de las artes plásticas y de la enseñanza artística.
El secretario general de la Consejería de Cultura y Turismo, José Rodríguez Sanz-Pastor, y la directora general de Políticas Culturales, Mar Sancho, han presentado la donación de la ‘Colección Ana Jiménez’, efectuada por María Pilar Lourdes Tejedor Pascual. Esta importante donación, integrada por 518 piezas de la artista, incrementará la colección del Museo de Valladolid y permitirá poner a disposición del público y de los investigadores el legado que distingue a la escultora como una relevante figura, no solo de las artes plásticas, sino del mundo de la enseñanza artística. Ana Jiménez fue profesora de la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid y consiguió numerosos galardones durante su carrera, entre los que destaca el Premio de las Artes de Castilla y León en 2004.
En la persona de su donante, María Pilar Lourdes Tejedor Pascual, la Junta de Castilla y León quiere rendir homenaje a todos los donantes que, con su actitud altruista, contribuyen a conformar y recuperar el patrimonio artístico, arqueológico y etnográfico de Castilla y León
En este sentido, desde 2011, la Consejería de Cultura y Turismo ha potenciado la donación de bienes de particulares a los museos gestionados por la Junta. Desde entonces, se han tramitado 91 expedientes de donaciones, algunos de los cuales agrupan un amplio número de piezas.
Ana Jiménez López (1926-2013)
Aunque nacida en La Coruña el 15 de noviembre de 1926, la escultora Ana Jiménez López poseía raíces castellanas y leonesas, ya que su madre era zamorana y su padre, abulense. En Valladolid residían, además, sus abuelos paternos, por lo que eran frecuentes las visitas familiares a la ciudad del Pisuerga. Fue precisamente su abuelo quien descubrió su capacidad para el dibujo.
En Valladolid se instaló definitivamente Ana Jiménez a los nueve años. En 1950 ingresó en la Escuela de Artes y Oficios de la capital vallisoletana con objeto de aprender la técnica del dibujo, que hasta ese momento practicaba de forma intuitiva. Recibió entonces las enseñanzas escultóricas de los profesores José Luis Medina y Antonio Vaquero, especialmente de este último, que la animó a cultivar la escultura de manera personal. Antes de graduarse, Ana Jiménez realizó obras como ‘Retrato de María Carmen’ (1953), ‘Mujer sobre la hierba’ (1955) y ‘Calcetando’ (1955).
Se despidió de la Escuela ganando, en 1956, el Premio de Escultura ‘Martí Monsó’ por la totalidad de la obra realizada y al año siguiente conseguía el Premio ‘Fernández Araoz’ de escultura por un retrato de ‘Pili’ en terracota, así como la Medalla Nacional de la exposición de Bellas Artes de Madrid, por su obra ‘Niña’. Muy influida por el escultor Cristino Mallo, desde 1960 se dedicó de manera intensiva a la restauración de obras artísticas, principalmente escultóricas, elabora piezas para comercios vallisoletanos, cumple encargos diversos y en 1962 lleva a cabo una importante exposición de tablas religiosas en el palacio vallisoletano de Santa Cruz. Ese mismo año realiza un busto de Isabel la Católica para los carlistas, quienes se lo ofrecieron como regalo a Carlos Hugo e Irene.
Tras conseguir en 1963 el Primer Premio de Pintura del Ministerio de Información y Turismo con una tabla sobre tema navideño, en 1964 se incorporó a la Escuela de Artes y Oficios de Valladolid como profesora de modelado, donde permaneció durante 25 años, hasta su jubilación. Una tarea docente y formativa que también cultivó en el Instituto Zorrilla y en la antigua Escuela Normal de Maestros de Valladolid.
Obra y méritos
En ese mismo año de 1964 se hace con el Premio Nacional de Escultura, con el relieve ‘Composición o Maternidad’, al año siguiente es galardonada en el concurso ‘Nueva Navidad’, celebrado en el Ayuntamiento por un relieve policromado con el tema del Belén, y en 1966 confecciona el relieve del monumento de Benlliure de los Zapadores de Alcántara, entregado al entonces Príncipe Juan Carlos, a su paso por la Academia de Caballería de Valladolid. Suyo es igualmente el ‘Monumento al V Centenario del Matrimonio de los Reyes Católicos’, de 1969; la escultura de ‘Juana la Loca’, de 1981, expuesta en Tordesillas, y otra de ‘Mariana Pineda’ de 1981. Desde mediados de los años 60 participa en numerosos proyectos, es requerida por organismos oficiales y figura como miembro de diversos jurados.
Ana Jiménez ha ‘plantado’ en calles, centros educativos y plazas céntricas, obras de gran formato y calidad: en Valladolid, en la localidad burgalesa de Roa o en la palentina de Paredes de Nava, entre otras. En Valladolid, su obra más famosa es ‘La bola del mundo’, que preside la Plaza de España. Confeccionó igualmente la Medalla para los Juegos Internacionales de Gimnasia Rítmica, celebrados en esta misma ciudad en 1985, y otra más para los concursos deportivos del año siguiente. También destacan el monumento ‘Candia’, para el Parque Ribera de Castilla, elaborado por encargo del Ayuntamiento en 1996, y el relieve de bronce conmemorativo del IV Centenario del Quijote, en la Casa de Cervantes, en 2005. Fallecida en noviembre de 2013, desde 1988 cuenta en Valladolid con una Fundación que lleva su nombre.