Cada día que pasa más huele a Primera División. Esa es la sensación que transmite el Leganés, sobre todo en los partidos que juega en su casa, en Butarque, ante una afición entregada a la causa y que lo lleva en volandas hacia el máximo sueño. Apenas quedan siete peldaños de la escalera hacia la gloria, y tres de ellos serán en su feudo, pero su entrenador prefiere ser realista y pensar únicamente en el siguiente partido, ¿nos suena no?
Otro recital pepinero ante una Ponferradina que sigue en estado de depresión y así lo demostró en el primer tiempo. Los bercianos no pudieron en ningún momento sacarse la presión de un equipo hambriento de sueños y sobrado de fútbol. El Lega mordió y mucho, llegaba por todos los lados, acosaba a un rival endeble y sin ideas. Santamaría se convertía en el héroe visitante con alguna parada para el recuerdo hasta que en el minuto 38, Omar Ramos, el mejor del partido con diferencia, aprovechó un rechace en el área para fusilar la meta berciana. Era el 1-0 y un escaso premio al fútbol desplegado por los locales.
La segunda mitad fue bien diferente. Los madrileños acusaron el esfuerzo de la primera parte y se echaron atrás esperando una contra que sentenciara el partido. Casi lo pagan caro, de no ser por la mala puntería de los hombres de Fabri. Como dijo Garitano en rueda de prensa: “Hoy todo nos ha salido a favor”. Y tuvo razón en sus declaraciones post partido. Cuando mejor estaban los visitantes, una jugada de Leo Messi, perdón de Omar Ramos, con pase al hueco incluido, permitió al ídolo local, Rubén Peña, hacer el 2-0. Butarque era una fiesta una vez más, no quiere despertarse del sueño y están felices y lo contagian. Aún así, la Ponfe no se rindió y tuvo un penalti a favor, pero Andy lo tiró horrible y la mandó fuera. No era su día. A poco del final, el Leganés hizo el 3-0 por medio de Rubén Peña de nuevo y tras una gran asistencia de David Timor, el eje absoluto del juego pepinero.
Esta victoria se une al empate del Alavés en casa ante el Elche 0-0 y a la derrota del Real Oviedo en el Tartiere ante el Huesca de los venezolanos, Alex González y Machis, que llegó una vez y la enchufó y que sigue demostrando que, fuera de El Alcoraz, se encuentra mucho más cómodo. Esa victoria oscense mete a la Ponferradina en problemas y da un colchón importante al Lega que vuelve a ser líder en solitario de la Liga Adelante. El sueño está más vivo que nunca.
Juan Lorenzana Prieto