Enmarcada dentro del ciclo ‘INTERVENCIONES EN EL PALACIO DON GUTIERRE 2016.
Mary Wilson, seudónimo bajo el que se oculta Cristina Gómez Martínez, nace en León en el año 1980. Fotógrafa de cabecera de Ediciones Chelsea y de stock para la agencia internacional Getty Images, aterriza en la fotografía por una mezcla de necesidad, amor y casualidad hace unos seis años. Desde entonces, trabaja sin descanso puliendo y enriqueciendo su estilo. Con una visión muy influida por lo vintage, un marcado estilo retro y siguiendo las enseñanzas de los fotógrafos de mediados del siglo XX, concibe la fotografía como medio de expresión y vehículo de transmisión de las emociones y sensaciones en el tiempo, centrándose fundamentalmente en el retrato, disciplina en la que se encuentra más cómoda, ya sea documentando la infancia, recreando historias a través del autorretrato o captando la esencia de cualquier modelo que se coloque ante su cámara.
En 2014 participa en la exposición colectiva ‘Mujer Mariposa’, una obra coral de varios artistas que nace con el propósito de concienciar en la lucha contra los malos tratos, y posteriormente cede una de sus obras para el calendario de la Plataforma del Voluntariado de España, en el que aparecen fotógrafas de la talla de Colita o Ouka Leele. Ese mismo año participa en otra muestra colectiva, ‘Fashion Victims’ (Euroyeyé, Instituto Jovellanos, Gijón), donde cuatro autoras ofrecen su visión del mundo de la moda, con una clara influencia pop. Este mismo mes inaugura en Granada, dentro de la programación de la Feria del Libro, como única autora, ‘La Resistencia Sonora’, compuesta por más de 30 imágenes, retratos de músicos de la escena alternativa musical española.
‘15’, inaugurada en 2015, supuso su primera exposición en solitario y ha visitado Gijón y Madrid antes de llegar a León, ciudad natal de la autora. Se trata de un conjunto de quince fotografías tomadas durante quince días del verano de 2015, con una doble finalidad clara. Desde un punto de vista íntimo y personal, constituyen un legado más o menos bello de familia, una especie de diario de vida. Desde un aspecto artístico, se dirige a la naturaleza humana, con la intención de plasmar de forma atemporal y universal la infancia y ese inicio del niño en el mundo adulto, enfrentándose a él en soledad y libertad, con los recursos que uno mismo posee en su interior, pero con la inocencia y la abstracción en el detalle propios de los ojos de los pequeños. Imágenes salvajes, crudas y solitarias en espacios abiertos, siempre con la retratada como protagonista, con una gran fuerza descriptiva y un lirismo incontestable, en la línea del Immediate Family de Sally Mann, The last day of summer de Jock Sturges o, más recientemente, La Famille del francés Alain Laboile.
En la actualidad, sigue trabajando para Ediciones Chelsea, además de realizar trabajos personales y surtir de imágenes a distintas publicaciones literarias y musicales, viendo sus fotos utilizadas en portadas de discos y libros, así como en campañas de publicidad de todo el mundo.’