Las Asociaciones que constituyen la Federación por el Patrimonio de Castilla y León promueven por décimo cuarto año consecutivo el Día Regional del Patrimonio, que se celebra cada 10 de mayo. Con ello pretenden dar especial protagonismo al Patrimonio cultural, natural e inmaterial en sus diversas formas y manifestaciones: arquitectura, urbanismo, paisaje, tradición, identidad…
En este día es lógico reconocer las intervenciones acertadas y los cuidados respetuosos con el Patrimonio que llevan a cabo las Instituciones Autonómicas y Municipales. En algunas de las ciudades de nuestra comunidad autónoma se están dedicando serios esfuerzos e importantes recursos en la elaboración de Planes Especiales para las áreas históricas. Estos planes constituyen un serio reto y una inquietante apuesta de futuro.
Conscientes de ello, las asociaciones por la defensa del Patrimonio han hecho aportaciones, sugerencias y alegaciones a la elaboración de esos planes, a pesar de la reticencia que nos producen como instrumento urbanístico: consideramos que son más adecuados para ordenar las nuevas ciudades o para polos de crecimiento, que para la conservación de las ciudades históricas.
Con el objetivo, en principio positivo, de rescatar a los centros históricos del peligro que viven de despoblación y abandono, estos planes proyectan criterios poco respetuosos con la identidad y características históricas de esas zonas. Aplican a edificios singulares que han perdido su uso tradicional, o al caserío antiguo, criterios de máximo aprovechamiento y formas especulativas de construcción o de autorización de usos. Así entendemos que los planes urbanísticos aportan soluciones dirigidas más a animar el mercado inmobiliario y la rentabilidad turística, que a una verdadera revitalización de la vida social ciudadana en esos centros históricos.
Por este motivo, desde la Federación nos mostramos partidarios de que cuanto antes, en aquellas ciudades y lugares donde aún no se ha hecho, se aborde, en consonancia con los Organismos Internacionales, la creación de Órganos de Gestión, multidisciplinares y participativos, que aborden la situación de las ciudades y Cascos Históricos con una perspectiva de conjunto. Que hagan factible mantener las características que hacen de esos centros lugares singulares. Que aseguren la autenticidad de su trama urbana y se les dote de servicios y usos compatibles con las formas de vida que requiere la presencia de habitantes permanentes, que serán los mejores cuidadores de ese Patrimonio.
En este sentido entendemos que los ahora llamados ARI, o Planes de Rehabilitación Integral, deberían dar una prioridad absoluta a la consecución de estas condiciones en los Cascos Históricos. Demandamos, pues, un esfuerzo y una dedicación mayor de recursos a las Administraciones Autonómicas y Municipales para que doten de manera adecuada este tipo de ayudas a la rehabilitación y lo extiendan no solo a las ciudades históricas, sino también a otras localidades que padecen de forma alarmante esta misma situación de despoblación y abandono de su Patrimonio Histórico.
Para la Federación es un motivo de satisfacción la reciente incorporación de nuevas asociaciones por la defensa del Patrimonio, radicadas en el medio rural, que nos lleva a ampliar el foco de atención a un importantísimo Patrimonio, que va más allá del más conocido y reconocido de las ciudades declaradas Patrimonio Mundial. A la vez aspiramos a conseguir recuperar en algunas ciudades las sólidas asociaciones que tenían hace algunos años.
Allá donde estamos, nos empleamos en la promoción del valor del Patrimonio y asumimos el compromiso de llevar a cabo actividades dirigidas a promover un mayor conocimiento y estima del mismo.
Sin embargo no podemos abandonar, y seguimos teniendo demasiadas ocasiones que lo confirman, la denuncia de lamentables situaciones de “Patrimonio en peligro”, debidas a la desidia y permisividad que se tiene con algunos particulares y, también, desde luego, por el manifiesto incumplimiento de responsabilidades de las Administraciones públicas. No es infrecuente que estos incumplimientos se den incluso en casos de ”Conjuntos Históricos”, Monumentos o Bienes declarados de Interés Cultural (BIC).
Reiteramos, por fin, nuestra preocupación por la incorporación de los jóvenes a esta tarea de estima y compromiso con el Patrimonio Cultural. Abogamos, una vez más, por programas formativos para profesores y la introducción desde los niveles básicos de enseñanza de actividades dirigidas a conseguir el conocimiento, la estima y el cuidado del Patrimonio por parte de los escolares. Reclamamos esto mismo para las Universidades de nuestra región y, en especial, la potenciación de especialidades en materia de gestión y rehabilitación de Áreas Históricas.