El recorrido que homenajea una forma de trashumancia única en España contó este año con la participación de 230 participantes que celebraron este domingo el fin de fiesta con su llega a Torrestío
El Ayuntamiento de San Emiliano ha puesto un nuevo punto y seguido a su Ruta de los Vaqueros de Alzada que, en su tercer año, ha alcanzado la edición de la consolidación. Organizado en colaboración con el Ayuntamiento asturiano de Las Regueras y la asociación Ruta Vaqueros de Alzada de Torrestío, el recorrido ha repetido el enorme éxito de ediciones precedentes con la participación de 230 personas.
La marcha, que unió los más de 100 kilómetros que separan la localidad asturiana de Gozón de Torrestío, se inició el pasado viernes y este domingo ha llegado a su meta, con un fin de fiesta de comida típica de Babia, preparada y servida por la Asociación ‘Estás en Babia’, y baile y folclore babianos con las actuaciones del grupo ‘Peña Ubiña’ y de panderetas ‘Compañeras’. La fiesta también contó con la presencia de los concejos asturianos de Gozón/Luanco, Llanera, Las Regueras, Villanueva, Proaza, Quirós y Teverga, colaboradores del evento la mayoría de ellos, junto a los de Corvera, Oviedo, Quirós y Santo Adriano.
El alcalde de San Emiliano, Basilio Barriada, reiteró que, como ya ocurriera en las dos ediciones anteriores, la marcha pretende, en primer lugar, ser un acto de reconocimiento de los vaqueros de alzada, un modo de vida tradicional en el que los ganaderos y sus familias se desplazaban con sus reses hacia zonas más benignas del centro y la costa asturiana en otoño, para retornar a los pastos de la comarca leonesa de Babia en primavera. Al homenaje a esta actividad trashumante, de la que aún viven cinco familias, se suma el empeño de dar a conocer una ruta con un enorme valor medioambiental, paisajístico y cultural. “La Ruta de los Vaqueos de Alzada supone rendir un emotivo recuerdo a unos babianos de Torrestío que durante siglos practicaron este tipo de trashumancia única en España”, señaló Barriada.
Una historia que se remonta al siglo XII
Las primeras referencias a la ganadería de alzada en la comarca de Babia se remontan al siglo XII. Los vaqueros que practicaban este tipo de trashumancia estacional poseían una doble residencia en la morada del verano y en la de invierno, las denominadas ‘marinas’ por su proximidad a la costa. Ejercían plenos derechos de vecindad en ambas partes y daba lugar a un modo de vida muy específico, basado en una economía agrícola y ganadera de autoabastecimiento que se completaba con la venta de sus productos, la arriería y la práctica de oficios como la curandería o la castración de animales. Torrestío, localidad que podía quedar prácticamente vacía en invierno, era en el siglo XVIII el pueblo con más habitantes de Babia de Yuso, con administración propia, jueces y cárcel, de la que aún quedan restos. Estas señas de identidad, históricamente reforzadas con lazos matrimoniales que dieron lugar a una cierta endogamia grupal, consolidaron un fuerte sentimiento de pertenencia y apoyo que aún pervive entre las generaciones que nunca trashumaron.