Desde Podemos León y el Grupo Municipal León Despierta manifestamos nuestro rechazo y desacuerdo al apoyo público prestado a la celebración del V Congreso del SAP, ya que entendemos que por medio de este apoyo se está tratando de prestarle una relevancia y una legitimidad que oficialmente no posee.
Y ello no porque desde Podemos y León Despierta pretendamos ser más papistas que el papa, ni mucho menos. Consideramos que cuando una de las más altas instituciones judiciales de nuestro país como es el Consejo General del Poder Judicial desautoriza la teoría que sustenta el SAP, calificándola de “pseudocientífica”, y la propia Organización Mundial de la Salud tampoco la avala, cualquier legitimación por parte de las instituciones públicas de nuestra ciudad resulta inaceptable.
Más aún, dudamos seriamente de la legitimidad del apoyo que se debe prestar a una asociación que discursivamente no duda en polarizar la sana convivencia entre géneros, utilizando argumentos para tildar a la lacra de la violencia machista como “caza de brujas” y a la Ley de Protección Integral de Violencia de Género como una ley “injusta, corrupta ¿¿NAZI?? Y desigual”, tirando a la basura de un solo plumazo el principio de protección general que se supone a las leyes.
Este V Congreso Internacional de SAP parece más un foro ideológico, o una plataforma para lanzar un mensaje que disfraza de ciencia una conduzca machista, que un Congreso científico como pretender pasar.
El Síndrome de Alienación Parental, principal tema del foro, carece de los criterios metodológicos científicos para ser aceptado por la comunidad académica y pretende pasar por investigación lo que es opinión poco rigurosa. Es promovido por grupos de padres que han sido alejados de sus hijos por vías judiciales y que hacen “lobby” en las legislaturas para que se aprueben leyes que protejan a los progenitores y restrinjan la labor de los servicios de protección y asistencia a la infancia. Claramente es un síndrome jurídico y no médico ya que no es diagnosticado fuera de casos litigios por custodia.
Además, presupone que los menores mienten, son alienables, carecen de palabra propia y son proclives a renunciar a sus afectos por presión de los demás. Cuando un progenitor brinda cariño y protección es muy difícil borrar ese recuerdo e implantar otro en su mente, por lo que la principal razón del rechazo de un hijo o hija hacia su progenitor es la propia conducta de este.
La defensa de la custodia compartida automática como derecho natural y fundamental, el otro tema, pretende arrebata al poder judicial su derecho y obligación de impartir justicia fuera de sesgos ideológicos buscando siempre para el bienestar de las y los menores. Parece increíble que tengamos que recordar los 71 menores que en 2013 y 2014 se quedaron huérfanos por la violencia machista y que las medidas cautelares de custodia lo que pretenden es el bienestar emocional de los/las menores implicados en procesos de divorcio.
Teniendo en cuenta todo esto creemos que, si bien hay que respetar la libertad de expresión, los espacios pertenecientes a las instituciones públicas no deben ser lugar desde el que se puedan lanzar mensajes de este calado, ya que es responsabilidad de las mismas vigilar que las opiniones que se lanzan desde su seno no refuercen argumentos de odio.