Mohamed Ali, leyenda del boxeo y del deporte mundial, falleció este viernes en un hospital de Phoenix, según confirmó un portavoz de la familia.
Alí estaba internado desde el jueves por problemas respiratorios. Tenía 74 años.
Al triple campeón del mundo de los pesos pesados le diagnosticaron la enfermedad de Parkinson en 1984, cuatro años después de que abandonara el ring.
Cassius Clay nació en Louisville, en el estado de Kentucky, Estados Unidos. En 1964 se convirtió al Islam y se cambió de nombre el día después de lograr su primer título.
El que fuera tres veces campeón de los pesos pesados había sido hospitalizado por última vez en diciembre de 2014 a causa de una infección urinaria.
La última aparición pública fue en octubre del año pasado, cuando recibió un homenaje de la revista Sports Illustrated.
Alí es una de las mayores figuras globales de la historia del deporte. Su nombre trasciende como pocos la escena deportiva.
En 1978 se convirtió en el primer púgil en ser tres veces campeón del mundo de los pesados. Su primer título fue en 1964 y el segundo, en 1974.
Personaje polifacético
Alí no sólo fue uno de los grandes boxeadores de todos los tiempos; fue también un personaje polifacético que combinó el boxeo con la lucha política, la religión y un sentido del humor singular.
No fue la típica historia del joven de vida miserable y sin perspectivas que se abre camino en la vida gracias al pugilato, dando y recibiendo mortíferos puñetazos.
Cassius Marcellus Clay había nacido en el seno de una familia negra de clase media en Louisville en el estado de Kentucky, Estados Unidos, el 17 de enero de 1942.
El joven Clay se graduó en la secundaria, pero con bajas notas, lo que siempre le dio una oportunidad para reírse de sí mismo.
«Dije que era el más grande, pero no el más inteligente», era su apostilla favorita para referirse a su pobre pasado académico.
Sin embargo, el adolescente Clay compensó con creces su falta de excelencia académica con la acumulación del premio «Los guantes de oro de Kentucky», que ganó en seis oportunidades.
La invitación a la aventura
Todo héroe registra en su historia personal, real o inventada, un incidente que lo impulsa a seguir por el camino de sus propias hazañas. En el caso de Cassius Clay, se cuenta que cuando tenía 12 años fue despojado de una bicicleta bastante cara que le había regalado su padre.
La amargura, el resentimiento, la necesidad de justicia y la certeza de que no la recuperaría fueron quizás demasiado para el pequeño Clay, quien se puso a vociferar y a proferir amenazas contra unos ladrones a los que nunca se les encontraría.
El oficial de policía al que denunció el robo -y que fue testigo de su indignación- se llamaba Joe Martin, quien casualmente manejaba una academia de boxeo de aficionados.
Martin le sugirió a Cassius Clay que aprendiera a boxear y se transformó en su tutor. El resto es historia.
De campeón olímpico a profesional
En los Juegos Olímpicos de Roma, en 1960, Cassius Clay se coronó campeón de los pesos ligeros.
Esa sería la medalla de oro que, según la leyenda, fue a parar a un río cuando, años más tarde, un tribunal estadounidense le impidió seguir boxeando ante su negativa a ir a pelear a Vietnam.
Tras el triunfo olímpico, Cassius Clay se colocó bajo la tutela de otro nombre legendario, el entrenador Angelo Dundee, y en octubre de 1960, en Louisville, su ciudad natal, Clay conseguía su primera victoria como profesional.
Derrotó por puntos en un combate a seis asaltos a Tunney Hunsaker, un alto puesto en la policía.
En tres años, la carrera profesional de Clay adquirió un ritmo vertiginoso e imparable: en 19 combates, logró 19 victorias, 15 de ellas por nocaut.
En el camino, o más bien en la lona, quedaron púgiles de la categoría de Tony Esperti, Jim Robinson y alguien que había ganado 40 peleas en serie, todas por nocaut, Lamar Clark.
Muere Cassius Clay, nace Mohamed Alí
El 25 de febrero de 1964, Cassius Clay derrotó en Miami al campeón de los pesos pesados, Sonny Liston. El público no acudió en masa a presenciar el combate puesto que la victoria de Liston se daba por descontada.
En el séptimo asalto, el campeón sorprendió a los corredores de apuestas al decidir quedarse en su rincón. Cassius Clay era el nuevo campeón del mundo.
Al día siguiente, Clay anunció al mundo que era miembro de la Nación del Islam, y que, a partir de ese momento, su nombre era Mohamed Alí.
Cassius Clay, a su juicio el nombre que simbolizaba la esclavitud de sus ancestros, ya no existía más.
«Ningún vietcong me ha llamado nigger»
Desde la revancha con Sonny Liston, en mayo de 1965, hasta la pelea con Zora Folley, en marzo de 1967, Alí defendió el título nueve veces.
Entre la obtención del título mundial de los pesos pesados y el fatídico fin de 1967, Alí agregó varios nombres conocidos de víctimas a su currículo de indiscutido campeón: Henry Terrel, George Chuvalo, el inglés Henry Cooper y el alemán Karl Mildenberger.
Hacia el final de 1967, EE.UU., involucrado en la guerra de Vietnam, exigió que Alí se integrara a las filas del ejército, a lo cual el campeón se negó.
«Ningún vietcong me ha llamado nigger (término peyorativo para una persona negra)», fue la famosa respuesta de Alí para justificar su negativa.
Como resultado, la comisión de boxeo profesional lo despojó del título de campeón y los tribunales le quitaron la licencia para boxear.
La sociedad estadounidense, dividida frente a Vietnam, se dividió también frente al caso Alí, entre partidarios y detractores.
El campeón fue condenado a un ostracismo que pudo costarle la carrera.
El regreso
Sin embargo, Alí volvió a levantar cabeza con combates memorables y brutales, como su triunfo sobre el argentino Oscar «Ringo» Bonavena en 1970 y su derrota ante el campeón mundial Joe Frazier en marzo de 1971.
Y también con la memorable e histórica victoria sobre George Foreman, en 1974, en Zaire (ahora República Democrática del Congo), donde Alí recobró el título mundial en un combate en el que el calor y la humedad del ambiente cobró lo mejor de ambos contrincantes.
Este episodio tuvo tal magnitud que hasta una película surgió del combate.
Alí se retiró del boxeo en 1980, desoyendo los consejos de los amigos. Para entonces, ya habían aparecido los primeros síntomas de Parkinson.
El boxeador se casó cuatro veces y tuvo ocho hijos. La BBC lo eligió en 1999, a las puertas del milenio, como el deportista del siglo.
La respuesta de Mohamed Alí a Donald Trump y los héroes musulmanes del deporte en EE.UU.
El comentarista Harry Carpenter, quien lo acompañó durante toda su carrera, le hizo una apología innegable cuando afirmó que, con su alegría, su magia y su estilo inigualable, Mohamed Alí había acuñado su propio epitafio: «Aquí yace el más grande de todos los tiempos».
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