La Consejería de Economía y Hacienda ha planificado 320 visitas a establecimientos comerciales de Castilla y León para llevar a cabo controles de inspección durante la tradicional campaña de rebajas de verano, que comienza hoy y se extenderá hasta el 31 de agosto. La vigilancia se centra en garantizar que los productos ofertados preservan su calidad pese al descuento aplicado en los precios y que en las operaciones de venta se garantizan los derechos de los consumidores.
La Dirección General de Comercio y Consumo ha puesto en marcha hoy la campaña de intensificación del control sistemático de mercado, que implica reforzar los exámenes sobre las tiendas y la mercancía que en ellas se vende a precios inferiores a los ordinarios con motivo de las habituales rebajas de verano.
La programación establecida asigna a las diferentes secciones provinciales un número mínimo de visitas, que puede ser ampliado. Así, en Ávila, Palencia, Segovia y Soria se llevarán a cabo 20 acciones de comprobación; en Zamora 30; en Burgos y Salamanca 40; en León 60 y en Valladolid 70.
La inspección se practica tanto sobre el establecimiento comercial como sobre los artículos a la venta y se concentra fundamentalmente en textil, alimentación, electrodomésticos, tecnología y mobiliario. En el primer epígrafe, se consideran de especial interés en esta campaña estival los productos de perfumería y cosmética, confección y prendas de vestir, zapatería, material para deporte y ropa de hogar.
En el ámbito de las nuevas tecnologías el acento se pone sobre telefonía móvil, ordenadores, cámaras fotográficas, tabletas, libros electrónicos y reproductores de música y vídeo.
Los controles se realizan conforme a unos criterios previamente estipulados, de manera que una de las primeras medidas consiste en verificar que en los artículos rebajados son visibles tanto el precio original como el vigente una vez aplicado el descuento. En bienes de alimentación se contrasta que el anuncio de los precios por unidad de medida es correcto.
Los técnicos comprueban también que los productos llevan el etiquetado obligatorio y, cuando sea preceptivo, las instrucciones de uso y las advertencias de seguridad suficientes para que el consumidor pueda utilizarlos sin riesgo. En el caso de los bienes de naturaleza duradera, se constata que el comerciante facilita al comprador la garantía de acuerdo con la normativa.
Formas de pago
Otra pauta que se sigue en estas visitas de control es la revisión de los medios de pago para asegurar que el establecimiento facilita las mismas fórmulas que admite de manera habitual, fuera de las campañas de rebajas, sin limitaciones ni restricciones.
Para evitar que el consumidor pueda ser inducido a error o confusión, los servicios de Consumo repasan que en la tienda exista una separación física entre los productos con descuento y los que no están sujetos a oferta, al tiempo que chequean que la información difundida con fines publicitarios se ajusta efectivamente a las características y precios de los artículos promocionados.
Por último, las tiendas tienen obligación de informar a los clientes y poner a su disposición, en su caso, las hojas de reclamación reglamentarias. El objetivo último de estas inspecciones es garantizar la protección de los derechos de los consumidores y usuarios, así como sus intereses económicos.