La roca encima de mí. / Los ojos de los niños, / acariciando la rutina. / La estela de la vida, / defendiendo la calma. / Nepal es el aliento de la tierra. / Allí se mimetiza, el espacio con el tiempo. / La roca detrás de mí. / Las manos de los mayores, / acariciando el dolor, / con el latido único de la existencia. / La vida sigue, está. / Nepal sigue respirando, / aunque sus carnes se abrieran, / aunque el latido de la muerte, / asomara por la senda última. / La roca respira, delante de mí, / me muestra su corazón / abierto a la plegaria, / a la poderosa manera / de encontrar otra vez el camino / de vuelta al presente. / Nepal sigue respirando, / sigue siendo el aliento de la tierra.
Nunca he estado en Nepal, quiero decir que nunca he pisado aquellas tierras. Pero viendo la exposición fotográfica y el montaje audiovisual, titulada “Nepal en esencia”, que se muestra en la Sala Cultural de Caja España de Veguellina de Órbigo, he sentido la calma de sus gentes, la alegría de sus niños, la sonrisa con que se adentran en el retrato, las personas que allí viven y vivieron una tragedia inmensa. Los fotogramas nos muestran una vida cotidiana, sin prisas, con el placer de hacer las cosas bien. Da lo mismo cualquier tarea, una mujer tiende ropa con una dedicación tan plena, que parece que esté agradeciendo a cada prenda su cometido. Otras nos muestran la rutina de unas gentes que perdieron todo, incluso a sus familiares en el terrible terremoto del 2015. La niña del Annapurna nos invita a recorrer la roca con alegría. Las velas iluminan la senda que transita el descanso, su luz eleva los pensamientos al cielo que está tan cerca en ese punto del planeta.
Los fotógrafos Richard Le Manz, Álvaro F. Regulez y Óscar Calzado, son los artífices de una exposición que nos muestra la cara buena de la vida. Será la altura, será el misticismo del Nepal, pero las instantáneas que nos han traído, muestran cómo la vida es amable, aunque las zancadillas del destino se lleven pedazos de nuestras entrañas. En sus fotografías, así como en el vídeo que se muestra en la exposición, vemos la cara positiva de la vida. Y la vida sigue, hay que enterrar la tragedia. Se pueden adquirir fotografías. La recaudación irá a Nepal para fines humanitarios.
Mordida existencial: Vaya para estos tres fotógrafos y para todos los que han hecho posible el viaje y la exposición, un merecido agradecimiento por acercarnos a la vida y al dolor de una manera sencilla, solidaria, con la empatía de quien se sabe que todos formamos parte de un mismo y sencillo plan, vivir y dejar vivir, olvidando el ego personal para mezclarnos con el latir de la naturaleza respetándola y respetándonos.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.