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‘La Infanta Doña Leonor y el Monasterio de Santo Domingo de Caleruega’ es el título de la exposición monográfica que muestra los resultados del proyecto cultural desarrollado en torno a la restauración de los restos del sepulcro medieval de la infanta doña Leonor, una de las hijas del rey Alfonso X, llevada a cabo por Junta de Castilla y León.

 

El director general de Patrimonio Cultural, Enrique Saiz, ha presentado hoy en el Monasterio de Santo Domingo de las Madres Dominicas de la localidad burgalesa de Caleruega, la exposición monográfica que muestra el proyecto cultural Infanta Leonor. Se trata de los resultados del estudio, recuperación y restauración del sepulcro de la infanta doña Leonor, en el Real Monasterio de Santo Domingo de Caleruega, que desde 2013 viene desarrollando la Consejería de Cultura y Turismo, en el Centro de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Simancas.

Los trabajos de recuperación y restauración de los elementos asociados al enterramiento de esta infanta no han quedado en una mera actuación aislada, sino que abordan su proyección, favoreciendo el conocimiento y compresión de este patrimonio que guarda el Monasterio de Caleruega y del esfuerzo que supone conservarlo y mantenerlo.

Dentro de la propuesta integral de los bienes vinculados al enterramiento, se concluyó la necesidad de que la intervención culminase con la exposición de los resultados de la investigación, de los estudios y de los elementos recobrados de esta figura histórica. De este modo, la exposición que hoy se ha presentado ofrece un breve recorrido histórico sobre el origen del Monasterio y la vinculación de Alfonso X con la figura de Santo Domingo de Guzmán, añadiendo al interés de la exposición, la aportación de los elementos y procesos de restauración.

El sepulcro de la infanta Leonor en el Monasterio de Santo Domingo

El Monasterio de las Madres Dominicas de Caleruega, en Burgos, fue fundado en 1266 por Alfonso X el Sabio, transformando la casa solariega de los Guzmanes, casa donde nació Santo Domingo, en iglesia y monasterio. Coincidiendo con el primer centenario del nacimiento del santo llevó allí a las monjas de San Esteban de Gormaz, en 1270. 

En 1275, la infanta Leonor muere mientras acompañaba a su padre, Alfonso X, a entrevistarse con el Papa Gregorio X. El rey ordena su enterramiento en el Real Monasterio de Santo Domingo. El cadáver se depositó en el monasterio meses después, en un sepulcro exento que, de haberse conservado, estaría entre los más destacados exponentes de la plástica funeraria castellana del siglo XIII.

Debido a la magnitud de los daños, se desmanteló en 1933 y, en nuestro días, se conserva un fragmento del cuartelado, los tres leones del basamento y la momia con lo que quedaba de su indumentaria funeraria. Gracias a estos restos, cobra hoy nuevo sentido la recuperación material e histórica de su origen y se sitúa en el lugar que le corresponde a este personaje en la historia del origen monasterio y la orden.

La restauración de los textiles

Durante los estudios previos a la intervención sobre los elementos que formaban parte del sepulcro, se pudo comprobar la existencia de los restos humanos y del ajuar textil, sin poder predecir la dimensión real de sus alteraciones. La apertura y la separación de los elementos orgánicos y textiles, separando todos los elementos con fines científicos y de conservación, proporcionó datos sobre el personaje y el conjunto del enterramiento. El sepulcro, tipológicamente ha sido reconstruido volumétricamente en la primera fase del proyecto, conservando el pequeño fragmento original y la momia de la infanta en su interior.

Del ajuar se pudieron recuperar varias prendas con las que fue enterrada en 1275: una saya encordada, que ejemplifica a la perfección la vestimenta femenina del siglo XIII, restos de la camisa interior y pequeños fragmentos del tocado o velo que cubría su cabeza. Son unas piezas de indumentaria medieval de importancia, ya que describen el modo de enterramiento y la riqueza de los ajuares que se reservaban tan solo a los reyes y algunos miembros de la alta nobleza castellana del siglo XIII. Presentaban evidentes signos de alteración, de deshidratación y acidificación de las fibras, con la pérdida material en la práctica totalidad de la parte inferior de la saya. De la camisa solamente quedaban algunas fibras. Los tratamientos se han efectuado conforme a las pautas metodológicas previas de investigación técnica y científica, comprendiendo el estudio tipológico de las piezas, la caracterización de sus materiales, las condiciones y características del contexto ambiental y de su estado de conservación. Los estudios han contribuido a entender la modificación de su aspecto y plantear unos procesos en base a un criterio arqueológico supeditado a los resultados obtenidos.

Exposición

La exposición se presenta en una sala de las más nobles que la comunidad de las Madres Dominicas habilitó como museo, que conserva parte del espíritu medieval del siglo XIII. La muestra se organiza en torno a una serie de vitrinas donde se exhiben las piezas. El discurso contextualiza cronológicamente el origen de la orden en Caleruega, a través de la figura de Santo Domingo, del protectorado monárquico, junto a los resultados del proyecto cultural, apoyados por una serie de soportes didácticos, como paneles, folletos y audio-vídeo con contenidos concisos y claros.

La exposición se compone de piezas como una escultura sobre pedestal de Santo Domingo o el grupo escultórico de La Anunciación -siglo XIII-. A continuación, una vitrina alberga documentos que constituyen una fuente documental del inicio del monasterio y el enterramiento. El sepulcro reconstruido de doña Leonor, con su cuerpo en el interior, la saya y la camisa se pueden apreciar íntegramente en otra vitrina con sus soportes.

La iluminación dentro de las vitrinas expositoras y la regulación de la intensidad lumínica en el resto de las piezas ha conseguido compatibilizar las necesidades de conservación con una mejor visibilidad de todo el conjunto expositivo.

La muestra, que se instalará en el Monasterio de las Madres Dominicas de forma permanente, podrá visitarse todos los días del año de 10.30 a 13.30 horas, por la mañana, y de 16.00 a 18.30 horas, por la tarde, de octubre a abril. De mayo a septiembre, el horario será de 10.30 a 13.30 horas, por la mañana, y de 16.30 a 19.00 horas, por la tarde.