El proyecto GREEN TIC, financiado por el instrumento financiero LIFE de la Unión Europea, ha investigado durante los últimos tres años cómo demostrar y cuantificar el gran potencial de la Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC) para reducir las emisiones de CO2 en el planeta, tanto reduciendo su propia huella de carbono como promoviendo un mejor y más inteligente uso de las TIC como por la contribución para conseguir mejores servicios medioambientales. El proyecto coordinado por la Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural, ha contado como socios con la Fundación San Valero (Aragón) y el Ayuntamiento de Logroño Un ejemplo de edificio sostenible ha sido el PRAE, sede de la Fundación, donde la reducción de emisiones ha sido de 13,2 toneladas.
La Consejería de Fomento y Medio Ambiente, a través de la Fundación Patrimonio Natural, ha coordinado durante los tres últimos años el proyecto Europeo Life Green TIC, que ha buscado demostrar que es posible mejorar el impacto positivo para el medio ambiente de las TIC y reducir su huella ecológica, a través de una adecuada planificación y selección de los equipos y servicios más adecuados, la aplicación de criterios de compra verde y la de buenas prácticas por los ciudadanos.
Según varios estudios recientes, el uso de las TIC era responsable de entre un 2 % y 3 % de las emisiones totales de gases con efecto invernadero en el planeta y ese porcentaje está aumentando continuamente. De hecho, se ha estimado que en el año 2020 podrá suponer el
6 %, cifras similares al sector de la aviación a nivel mundial. La huella de carbono de las TIC se debe fundamentalmente al consumo de energía necesario para su funcionamiento, pero también en todo su ciclo de vida desde la fase de fabricación de equipos y dispositivos hasta su gestión como residuos.
Por el contrario, las TIC pueden contribuir también a desarrollar servicios importantes para una mejor gestión y gobernanza medioambientales, por ejemplo, en la gestión de los transportes y la energía, en los procesos industriales o en la gestión de los edificios y las ciudades.
Actuaciones y resultados del proyecto en el PRAE de Valladolid
Una de las primera acciones piloto para cuantificar la reducción de emisiones por el uso de las TIC fue la virtualización en el edificio, con el objetivo de testar y demostrar el potencial de ahorro energético de las soluciones de virtualización de una infraestructura TIC, frente a las soluciones convencionales, tanto en los centros de datos (CPD) como en los puestos de trabajo. En el primero, se virtualizaron los servidores y en el segundo los ordenadores de puesto de trabajo y los monitores de 30 puestos de trabajo. El escenario fue el edificio PRAE en Valladolid, sede de la Fundación Patrimonio Natural, que contaba al inicio del proyecto con 56 puestos de trabajo coexistiendo dos CPD, correspondientes a las dos entidades que tienen su sede en el edificio, que suman un total de doce servidores. Además de esta infraestructura ubicada en el edificio PRAE, el CPD presta servicio a más de cuarenta centros periféricos -Casas del Parque y Centros Temáticos- ubicados en diferentes provincias de la Castilla y León.
Esta acción piloto consiste en simular a través de máquinas virtuales, la existencia de máquinas reales, físicas -servidor o PC- con todos sus componentes y prestarle todos los recursos necesarios para su funcionamiento. Una máquina virtual nos permite tener varios ordenadores virtuales ejecutándose sobre el mismo ordenador físico, lo que supone un menor número de equipos físicos y por lo tanto el consiguiente ahorro de materias primas y de energía.
Con todos los datos obtenidos y la auditoria de las posibles soluciones se estableció como mejor propuesta la basada en la existencia de un CPD con cinco servidores físicos, respondiendo así a la necesidad de gestionar un entorno heterogéneo, en el que coexisten puestos de trabajo virtualizados con otros que no lo están y equipos con prestaciones de alta exigencia con equipos de menores requerimientos y aplicaciones más homogéneas. Para ello se adquirieron equipos y consumibles suministrados en hardware y software.
Resultados globales del proyecto
Bajo la perspectiva de la demostración del potencial de las TIC en la reducción de emisiones de CO2, los resultados se han medido fundamentalmente en términos de impacto en ahorros energéticos y de materias primas como consecuencia de un mejor uso de las tecnologías de la información y comunicación y su equivalencia en reducción de emisiones de CO2 y mitigación del cambio climático.
Así, en el conjunto de acciones desarrolladas por los distintos socios del proyecto se ha monitorizado el impacto en parámetros como son los consumos de electricidad de la infraestructura TIC, de papel en políticas paper-less, e-administración, campus virtual, y finalmente en combustible por desplazamientos evitados en el campus virtual.
En su conjunto, el proyecto LIFE Green TIC ha conseguido en dos años de aplicación la reducción de más de 218 toneladas de CO2 que demuestra el potencial de reducción de emisiones que se puede alcanzar con un uso racional de las TIC, que aumenta exponencialmente en función de los destinatarios a los que lleguen las medidas adoptadas, 60 en el PRAE, 300 en el Ayuntamiento de Logroño y más de 2.000 en los centros educativos del grupo San Valero.
En el edificio PRAE, los consumos energéticos de la infraestructura TIC, en 2014 eran de 59.120 kWh pasando, tras la virtualización en 2015, a 40.545 kWh, lo que supone un ahorro de 18.575 kWh y una reducción de emisiones de CO2 de 6,51 t.
La virtualización de CPD ha supuesto un ahorro anual de 4.989 kWh (1,75 t), de los escritorios 5.800 kWh (2,03t), la implantación de impresoras centralizadas ha ahorrado 3.000 kWh (1,05t) y finalmente el plan de acción Green TIC 4.786 kWh (1,68t).
Entre las medidas complementarias del Plan Green TIC, que han contribuido a la reducción de consumos energéticos, se pueden citar la aplicación de criterios de compra verde y eficiencia energética en los nuevos equipos informáticos, la aplicación de buenas prácticas de ahorro energético en los ordenadores, monitores e impresoras por parte de los trabajadores, el apagado automático de los ordenadores una vez finalizada la jornada laboral o la limpieza periódica de archivos y correos electrónicos.
El ahorro de papel en las impresoras, en el primer año, ha pasado de un consumode 514 kg a 459 kg, reduciéndose las emisiones de CO2 en 0,1 t.
El proyecto ha puesto también a disposición de cualquier entidad y de los ciudadanos en general un manual de compra verde de equipos informáticos y de telecomunicaciones y una guía de buenas prácticas de ahorro energético para los usuarios de las TIC.