Incluida dentro del abono de la programación de Teatro y Danza del Auditorio ‘Ciudad de León’, este martes llega el Ballet Contemporáneo de Burgos con ‘Esta no es una historia de mujeres’. Una obra llena de reminiscencias de la trayectoria artística de esta compañía, dirigida por David Pérez y con Alberto Estébanez encargado de la coreografía. El elenco de bailarinas está formado por Sara Sáiz, Leticia Bernardo, Alejandra Miñón, Patricia Cuevas, Alba Pérez y Marie Klimesova.
‘Ésta no es una historia de mujeres’ es la retrospectiva del Ballet Contemporáneo de Burgos, que estará sobre las tablas del Auditorio ‘Ciudad de León’ este martes, 11 de octubre, a las 21.00 horas (10 euros). Los recuerdos que inspiraron sus montajes, las vivencias de cada bailarín con los coreógrafos que fueron dejando su huella, todo aquello que el intérprete de manera emocional no podía comunicar al creador, “tal vez una revancha bailada sobre lo que pudimos contar pero no contamos, sobre lo que queríamos bailar y no pudimos, sobre el grito silencioso que envuelve al bailarín cuando se ve forzado a escribir un movimiento que a veces no siente. Ésta es nuestra historia pero también la de un numeroso público que fue cómplice de nuestras alegrías y tristezas”. Con estas palabras presenta su nuevo espectáculo el coreógrafo Alberto Estebánez.
El elenco está compuesto además por David Pérez (director artístico), José Antonio Tirado (escenógrafo), Noemí González (vestuario) junto a los intérpretes Sara Sáiz, Leticia Bernardo, Alejandra Miñón, Patricia Cuevas, Alba Pérez y Marie Klimesova.
El Ballet Contemporáneo de Burgos ha realizado nuevas incorporaciones, como Patricia Cuevas, Alba Pérez y Marie Klimesova, que encaja en este montaje por su lenguaje de movimiento y la aportación de nuevas técnicas como la danza en telas.
‘Ésta no es una historia de mujeres’ incluye reminiscencias de montajes de la compañía, el gran libro de los ‘Girasoles rotos’, la lámpara de ‘Pieles Callar’, los zapatos de ‘Macbeth’, etc.; pero es una presencia onírica que recuerda muy sutilmente su trayectoria artística.
David Pérez explora en este montaje una nueva manera de construir espacios a partir de emociones pasadas, sin duda la parte más laboriosa de este proceso creativo donde además de ser iluminador realiza la dirección artística y de esta manera funde magistralmente la coreografía de Estébanez con escenas imposibles que se han visto transformadas para ser objeto de un pensamiento grupal que se puede resumir en “nuestra danza no ha de ser bella para todos, ya que las emociones por las que bailamos, a veces tampoco lo son; así es la danza y así la vida”.