«El sol era abrasador en ese momento, tanto que ni si quiera habría permitido a Dédalo alzar el vuelo, cuanto menos permitir a Ícaro que se aproximara a él para en un fugaz instante quedar abrasado y de nuevo en caída libre, empujado de nuevo hacía el suelo por haber querido llegar a dónde ningún mortal debió llegar.
El viento cálido y seco arrastraba el polvo del camino, pegándolo a la piel perlada de sudor haciendo mas asfixiante si cabe la atmósfera de aquel remoto lugar.
De pronto una oscura silueta carente de forma se recortó en el horizonte, en el centro, la negrura se intuía mas espesa, mas densa.
En el centro de la monolítica estructura una abertura se dibujaba hacía dentro de la tierra, como la madriguera de un extraño animal. Al apoyar la mano en las irregulares paredes, las notó húmedas, era como adentrarse en la garganta de la tierra. En el fondo de la bajada un anciano, delgado y barbado esperaba , con la mirada de los que han visto demasiado perdida en el rastro de luz que se colaba por el pesado velo de tinieblas.
Avanzo y encontró el lugar una hilera de cavidades arrancadas a la roca viva, en ellas se acurrucaban figuras humanas, recogidas como embriones.
Al lado había un cuenco, bebió su contenido y se introdujo en el nicho, se dejó ir, sucumbió al sueño extático, y en el mismo momento en que su mente abrazó el sueño profundo, despertó.»
Podcast: Episodio 3, Tras el velo
En 1975 el doctor Raymond A. Moody, puso al alcance del publico general su best seller Life after life, Vida después de la vida, libro que obtuvo una repercusión como pocos, siendo uno de los pioneros en tratar el tema de las experiencias cercanas a la muerte, y la posible pervivencia de la consciencia mas allá del fin de la vida.
La diferencia es que por primera vez se estudiaba este fenómeno, presente hasta ese momento en el campo de la experiencia religiosa, de manera científica e intentando comprender un poco mas como funciona nuestro cerebro y sobre todo nuestra consciencia.
Moody ponía ante nosotros el resultado de su investigación, en la que a lo largo de su carrera como medico, recibió numerosos testimonios de pacientes que tras haber sido declarados clínicamente muertos, es decir posteriormente a que se hubieran detenido en ellos el latido cardiaco y la respiración sin que existieran lesiones en las células cerebrales, manifestaban haber experimentado como salían de su cuerpo y en muchos casos haber observado toda la urgencia medica desde arriba como un globo de helio flotando contra el techo de la estancia.
Eso en gran parte de los casos, en otros incluso hay quienes manifiestan haber llegado a un lugar de enorme paz y sosiego que es fácilmente asimilable al concepto del cielo.
También mucha gente relata como se ven dentro de un túnel en cuyo final brilla una potente luz, en ese transito muchas veces son acompañados por presencias que suelen ser identificadas como sus propios familiares.
Por otro lado existe otro conjunto de experiencias conocidas como EEC, experiencia extra corpórea, en las cuales sin que la vida corra peligro o estemos clínicamente muertos, nuestra consciencia abandona el cuerpo y es capaz de existir de manera autónoma e independiente.
En este tipo de experiencias podemos incluir el conocido como viaje astral, los estados extáticos que alcanzaban los chamanes en los rituales que realizan para establecer contacto con el otro lado, e incluso algunos trastornos del sueño por no decir el sueño mismo, el cual sigue siendo un gran misterio para la ciencia.
Nos encontramos en un punto en el cual la ciencia puede dar respuesta a una de las grandes preguntas que desde siempre se ha hecho el ser humano, ¿Será que somos algo más que simple materia?
