Esto incluye facilitar a sus Juntas Vecinales la redacción de sus propias ordenanzas, para que cobren esta tasa en sus montes de utilidad pública y sus comunales.
La Diputación, a su vez, debe poner el SAM a disposición de los ayuntamientos menores de 20.000 habitantes y las Juntas Vecinales que decidan aprobar sus ordenanzas. Ampliando el servicio del SAM, dando pasos para mejorar y ampliar el Sertvicio de Recaudación a fin de facilitar el cobro y facilitando la elaboración de informes técnicos por parte de ingenieros que definan por qué infraestructuras y cunato se puede cobrar. Esta última cuestión no es novedosa, la Diputación colabora con arquitectos para facilitar la elaboración de normas urbanísticas por parte de los ayuntamientos.
También recordamos a la Junta que tiene la obligación de poner en pie un sistema de apoyo y asesoramiento a las entidades locales, que ahora asumen las Diputaciones, que nunca ha consttuido. Si no hay voluntad política, al menos tener la decencia de aprobar partidas económicas que permitan a los municipios y juntas vecinales poner en pie estas nuevas ordenanzas.
La necesidad de cobrar en base a las inversiones que estas empresas realizan en terrenos de todas y todos debe ser otro paso en la mejora de los ingresos de todas las entidades locales de la provincia. Cada Junta Vecinal debe dar pasos para conocer cuanto puede llegar a ingresar, y debe hacerlo con el asesoramiento e incluso el apoyo económico de la Diputación y su Ayuntamiento. De igual modo los municipios no pueden renunciar a estudiar hasta que punto pueden mejorar sus ingresos con esta nueva tasa. Sería una irresponsabilidad que todos los Consistorios de la provincia renunciaran al menos a valorar que beneficios sacar de esta nueva oportunidad.
Finalmente exigir a los grupos políticos representados en el congreso y el senado que no admitan las presiones de las empresas eléctricas. Quienes para evitar el pago de esta nueva tasa pretenden que se modifique la Ley de Haciendas Locales en su propio beneficio. Una iniciativa intolerable que no puede permitirse de ningún modo.