Un equipo que llegó a ser gobernado por la Generalitat, un equipo mangoneado desde las altas esferas, tanto públicas como privadas, eso es el Valencia. Entre todos, empezando por innumerables dirigentes, por un número de entrenadores desproporcionado y por jugadores, que están lejos de la calidad y el glamour de los Piojo López, Rubén Baraja, David Villa, David Albelda o Amadeo Carboni entre otros.
Hasta 8 presidentes diferentes han dirigido al club Ché en la última década, síntoma de caos y de inestabilidad. Un nuevo estadio que jamás se hará, parado. En medio de la paralización de las obras, se remodela el viejo, ¿alguien lo entiende? Las deudas hicieron que Salvo, probablemente el único medio decente de todos los mandamases, tuviera que venderlo a Peter Lim. El indonesio, le prometió seguir teniendo mando, algo que por supuesto no cumplió y que provocó la dimisión por dignidad de Amadeo. Desde que el asiático se hizo con el Valencia, la verdad es que cuesta diferenciar a la cúpula, en un equipo hecho y moldeado por Jorge Mendes, ¿Les suena verdad?
Desde la época dorada de finales de los noventa y principios de los 2000, donde llegaron un par de veces a la final de la Copa de Europa, ganaron dos ligas y una Uefa, no levantan cabeza. Tan solo se salva la temporada de Koeman, desastrosa en Liga y exitosa con la consecución de la Copa del Rey en el curso 2007/2008.
De desastre en desastre, triturando a gente como Emery a pesar de dejarlos terceros y con una afición con una mentalidad de equipo grande, muchas veces no son conscientes de donde están ni de lo que tienen dentro, y eso les lleva a una profunda y constante depresión. Es por ello, que la exigencia, a veces buena, hay que dosificarla y saber que lugar ocupa cada uno en el mundo, no quererse comparar con otros equipos, como por ejemplo con su próximo rival.
Una serie de personas se han encargado de dilapidar parte de la grandeza de este club histórico. Da igual que entrenador llegue, el problema no está abajo, está arriba. A Rafa Benítez, después de toda la gloria que les dio, lo terminaron empujando afuera, por ejemplo.
Solamente, y en forma de alegato, pido una cosa: Dejen de jugar con el Valencia y déjenle volver a recuperar su grandeza. Dejen de utilizar a un equipo para sus fines políticos, comerciales y de índoles varias. Un club como ese, no se merece lo que está pasando. El Valencia es y seguirá siendo historia del fútbol mundial, por mucho que se empeñen en tirarla al Mediterráneo.
Juan Lorenzana Prieto @juanlp91