Mami no quiero salir de aquí. Todos habremos pensado esto, aunque no lo recordemos, cuando nos estábamos disponiendo a perpetrar nuestro primer viaje. Este primer viaje es fascinante, pero también doloroso. Pasar el canal del parto, con lo extraordinariamente confortable que todos hemos estado en el nido protector del útero durante nueve meses, representa el primer gran reto en el viaje de la vida.
Luego vendrán muchos viajes, cada día es un viaje distinto, pero no quiero referirme aquí a los viajes cotidianos o de placer. Los viajes que hoy quiero poner en el punto de mira son los viajes en los que millones de personas, se desplazan cada día, obligadas por la pobreza, las guerras, las religiones, el cambio climático, los cambios de los sistemas que gobiernan sus países, y muchas razones más.
Con motivo del festival de la cultura mayo 2017 de Veguellina de Órbigo, se puede ver en la Sala Cultural Caja España-Duero, una magnífica exposición de fotografía que cuelga, a posta, de unas vallas que metaforizan los muros, las fronteras, los fosos, que las grandes migraciones que hoy se están produciendo en el mundo, tienen que atravesar para llegar a un lugar desconocido donde se imaginan pueden tener unas condiciones de vida digna.
Mordida existencial: Vaya esta mordida de vida para los fotógrafos de la exposición itinerante que lleva el título de “Somos migrantes”. En ella el fotógrafo español José Palazón, muestra en una impactante instantánea, la perfecta antítesis del lujo de un campo de golf al lado de una valla donde algunos migrantes, aprenden a guarecerse de las pelotas que tiran a dar. Jesús Blasco Avellaneda nos incita a hacer de saltimbanqui en una verja, en la que aún hay hueco para las sonrisas, en otra capta la alegría de un encuentro. Mónica Lozano de México, nos abre con su fotografía a un mundo espeluznante que demuestra muestra cómo viajan algunas personas dentro de una rueda, de una maleta, de un colchón. Antonio Ruiz, describe extraordinariamente la tristeza en blanco y negro de una persona atrapada tras la alambrada. Sergi Cámara, inmortaliza con su objetivo el paso de unos niños por un agujero de una valla. Andrea Aragón de Guatemala, nos lleva hacia un campo de girasoles que se apenan viendo pasar en fila a un grupo de migrantes. Santiago Llobet de España, abre nuestros ojos ante madres en El Salvador que desconocen el paradero de sus hijos. O el tren más caro del mundo, donde viaja la muerte disfrazada de oportunidad. Marcos Moreno de España nos muestra unos muchachos victoriosos sobre una patera, porque creen que han llegado a la orilla salvadora. José Calvo González de México deja que entremos en la fonda que algunos migrantes han habilitado bajo el viaducto de una autopista. Fabio Cuttica de Italia, nos deja las interrogantes que tienen las miradas aniquiladas por el cansancio y la desazón de sus protagonistas.
En fin, una exposición para visitar e intentar ponernos en el duro camino que millones de personas se ven obligadas a transitar cada día. También para reflexionar sobre la dureza de vida de los migrantes. ¿Cuánto miedo y desesperación hay detrás de una persona que se arriesga a morir y a ser humillada, antes de quedarse en un lugar donde ya no tiene cabida?
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.