Los medios se hacen eco de la modernización del sistema de parquímetros de la ORA, al tiempo que resaltan el aumento de recaudación del servicio, con respecto a lo previsto para el período de referencia.
Sin embargo y a pesar de que no sólo nuestro grupo sino también personas destacadas dentro de la sociedad leonesa hemos advertido de la necesidad de recuperar un servicio, que siendo rentable, se comparte alegremente con una empresa privada que se embolsa anualmente un 43% del beneficio empresarial obtenido se hace oídos sordos a tal reclamación. Considerando que la recaudación anual suele ser aproximadamente de un millón al año, nos encontramos con que la gestión del servicio sale por 430.000 euros limpios.
No está nada mal.
Este año estará mejor, por lo que parecen avanzar las recaudaciones obtenidas hasta el momento. Sin embargo, para el Ayuntamiento no lo es tanto, puesto que a la cantidad que se deja de recaudar hay que sumar el importe que supone hay que sumar otro casi medio millón a mayores que hay que pagar por el impuesto de sociedades más el canon de la concesión que añaden 177.000 euros más. Echen ustedes las cuentas.
Sin embargo, parece que al gobierno central le molesta que las entidades locales , que han soportado con bastante más esfuerzo que ninguno de los órdenes institucionales “superiores” los rigores a los que nos sometieron, recupere ni el más mínimo de los servicios, no digamos ya aquellos que supongan un claro beneficio económico, no ya social, mediante la introducción en los presupuestos pactados con el PNV a costa del bolsillo ajeno, de limitaciones a la capacidad de acción, precisamente de las instituciones que atienden más directamente las necesidades de la población y que más baratas salen a la cosa pública. Si no lo creen, comprueben qué partes de la deuda (que por cierto, vuelve a superar el 100%) corresponde a cada quien. La responsabilidad de esa situación, por tanto, es de quien la genera y no de quien la sufre.
¿Cómo evitar la remunicipalización de los servicios? Pues muy fácil, prohibiendo que el personal que actualmente trabaje en la empresa, pase a ser público. De esta manera se provoca un conflicto laboral colectivo, que ya dejando de lado el drama humano que acarrea, tiene unos costes económicos evidentes, no sea que quede demostrada la falsedad del mantra repetido hasta la náusea de que lo público sale más caro.
Nos encontramos de esta manera, que no sólo se está haciendo todo lo posible para privatizar la mayor cantidad de servicios que se pueda (externalización, se dice ahora), bajo la excusa de una máquina ineficiente a la que no se han molestado ni en reponer efectivos , no digamos ya de echar algo de “lubricante”, también se hace todo lo posible para que lo dilapidado no se pueda recuperar.
Ya saben, la banca siempre gana.
Oscar Fuentes Carro, Portavoz del Grupo Municipal León Despierta.