Ya de por si los meses de verano son poco propicios para que se produzcan cambios y movimientos en nuestra Administración, pero ya ni hablo de la quietud de nuestro Gobierno que además parece ser su estado natural durante todo el año.
Nada ni nadie han hecho cambiar el comportamiento del Pte.del Gobierno, el Sr.Rajoy, en estos años; nada importa que arrecien las criticas, que vengan mal dadas o que nos pasmemos esperando su respuesta ante cualquier acontecimiento; su estado natural es mantenerse al margen de cuanto bulle en la opinión pública y seguir su inercia habitual.
Mantener el tipo venga el viento de donde venga ha sido su máxima y la verdad es que a él no le ha ido nada mal pues ha visto caer a casi todos sus compañeros destacados de partido y a no pocos de sus rivales políticos.
Nuestro Presidente nunca será un creador de opinión y por tanto nadie mirará para él para saber que hacer o que decir ante cualquier situación que nos afecte. Que arrecian las críticas a su partido por la corrupción de sus colaboradores, pues no está Rajoy; que el secesionismo catalán arrecia, pues no está Rajoy ni se le espera, si acaso su pedagogía del momento es que estamos creciendo al tres por ciento.
Es la propia inercia de la Administración la que hace frente a todas las cuestiones mediante la legalidad y los jueces o ya sea a través de los Ministros del ramo.
Este proceder si que es «marca España», y además ha conseguido sembrar entre la ciudadanía un estado de hibernación natural, una inercia a la española marca de la casa.
No podía ser de otro modo en un Pte. que en el discurso pronunciado para responder a la reciente moción de censura presentada en el Parlamento ha manifestado lo que es su filosofía del movimiento o dicho de otra manera,su visión de la propia inercia: «a veces moverse es bueno,otras veces, no; a veces es mejor estarse quieto y en otras es mejor que no; y en ocasiones es mejor estar en movimiento…»
Ahí es nada.
Angel L.Nieto
Julio de 2017