El poeta, político y editor, Luis-Alberto de Cuenca, participó este viernes en el décimo aniversario del ciclo de literario «Poesía a Orillas del Órbigo». Las palabras e ironía de Cuenca, quien leyó algunos de los poemas de sus libros, engancharon sin duda a los más de 200 asistentes llegados de diferentes procedencias como el Bierzo o Pamblona. Incluso un admirador afgano acudió al evento para escuchar de cerca y mostrar su admiración por al filólogo, poeta, traductor, ensayista, columnista, crítico, editor literario e investigador español.
El presentador de este ciclo, Tomás-Néstor Álvarez Martínez, recordó el gran baraje y currículum de Cuenca, quien fue director de la Biblioteca Nacional de España (1996-2000), secretario de Cultura de España (200-2004) y ha obtenido reconocimientos como el Premio Nacional de la Crítica por la obra poética La caja de plata (1986), el Premio Nacional de Traducción por El cantar de Valtario (1989), la Gran Cruz de Isabel la Católica, concedida por el Consejo de Ministros (2004), el Premio de Cultura (Literatura), por su obra poética (2007), el Premio ABC Cultural & Ámbito Cultural de ABC Cultural y El Corte Inglés (2013) y el Premio Nacional de Poesía por Cuaderno de Vacaciones (2015).
Además en 2009 fue elegido académico correspondiente de la Academia de Buenas Letras de Granada y en 2010 y académico de número de la Real Academia de la Historia, ocupando la medalla nº 28 de la que ya era académico correspondiente.
Después del recital, Cuenca participó en un intenso coloquio y firmó los cuadernillos donde cada año se recopilan una selección de los poemas de los participantes, hasta acabar con las existencias de los mismos.
Este ciclo de poesía a orillas del Órbigo que está organizado por la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Villarejo de Órbigo y que cuenta con la colaboración de la Diputación de León, estuvo protagonizado por una lírica y un estilo muy particular a través de los cuales Cuenca recorrió los entresijos del amor y de la muerte.
Tomás-Néstor Álvarez aludió a que «antiguamente se le ponía una casa a las queridas pero en su caso, tiene una casa de libros», en referencia al acuerdo firmado entre Luis-Alberto de Cuenca y la ‘Fundación Jorge Guillén’, mediante el cual el que este autor ya ha donado a la Fundación vallisoletana 29 archivos de su documentación personal, formado por su epistolario y por la documentación que ha generado a lo largo de su polifacética vida personal como investigador, como autor, traductor, profesor, político, poeta y ensayista. Un gran legado para la posteridad del que todos los que se acercaron a ‘Poesía a orillas del Órbigo’ pudieron disfrutar y conocer con un poco más de profundidad.