La misa que tradicionalmente se celebra en la fiesta de la Inmaculada Concepción, en el oratorio del colegio Peñacorada contó este año con una importante novedad: la recuperación del canto gregoriano, y en concreto con la conocida como «missa de angelis» a cargo de la Coral Gregoriana del Cister de Sandoval.

La Coral estuvo dirigida por el maestro de música y organista de la catedral, el leonés Jesús Tascón, quien había preparado una colección de cánticos gregorianos ajustados para el Ordinario de la misa de la fiesta de la Inmaculada Concepción que contó con las interpretaciones del Kyrie, Gloria, Sanctus y Agnus Dei así como de varios cantos ad libitum. Estos cantos están incluidos en los libros litúrgicos, como el Gradual Romano y Usualis Liber, y también se publicó como un libro separado por los monjes de Solesmes Abbey.

Canto gregoriano

El canto gregoriano es un tipo de canto llano (simple, monódico y con una música supeditada al texto) utilizado en la liturgia de la Iglesia Católica Romana. Su nombre se debe al Papa Gregorio I el Grande (590-604) a quien se atribuye su compendio por  infuencia del emperador Carlomagno que pretendía unificar la liturgia en sus dominios.

Historia del canto gregoriano

Deben buscarse sus orígenes en la práctica musical de la sinagoga judía y en el canto de las primeras comunidades cristianas.  Fue a partir del siglo IX cuando empezó a asociarse su nombre a este compendio musical.

En los siglos XV y XVI se perdió el buen gusto original y se fueron destruyendo las bellas composiciones primitivas.  La restauración fiel se ha hecho gracias sobretodo a los trabajos de los  monjes de Solesme desde los inicios del siglo XX defendiendo la teoría del ritmo libre que ha sido la reconocida por la autoridad eclesiástica.

Desde su nacimiento, la música cristiana fue una oración cantada, que debía realizarse con devoción. El canto gregoriano no puede entenderse sin el texto que le da sentido y a él está supeditada la melodía. Por lo tanto, al interpretarlo, los cantores deben haber entendido muy bien el sentido del texto. En consecuencia, se debe evitar cualquier impostación en la voz (sin sobresaltos) con que se intente el lucimiento del intérprete.

La Coral Gregoriana del Císter de Sandoval  la componen un grupo de entusiasta preocupados por el futuro del canto llano o gregoriano. Actualmente son veintiséis cantores, dos directores y un organista. Desde 2005 llevan el canto de Vísperas en latín al antiguo Monasterio cisterciense de Sandoval, donde ocupan el coro de los monjes cada primer domingo de mes, desde mayo a octubre. Su objetivo es que el acto reúna la solemnidad y el proceder de los monjes que un día ocuparon estos sitiale.