Los trabajos de construcción de la presa de Juan Benet, que cierra el embalse del Porma, se prolongaron por espacio de casi siete años y contaron con un presupuesto de 245 millones de pesetas de la época
La crudeza de los inviernos con heladas de hasta 18 grados bajo cero, y en temporada de lluvias con frecuentes avenidas del río, impedían el hormigonado continuo, lo que obligaba a paralizar en ocasiones las obras y centrarse en la excavación de los estribos laterales junto a otras tareas complementarias
El llenado en pruebas del embalse del Porma, ubicado en el término leonés de Boñar aguas arriba de este municipio y con una capacidad de 317 hectómetros cúbicos, comenzó tal día como hoy en 1967 tras procederse al cierre de los desagües de fondo y concluir el hormigonado en su altura prácticamente definitiva, al completarse hasta su coronación los diecinueve bloques verticales que componen la estructura de cierre de la presa.
Los estudios de aportaciones de agua, geológicos y de ubicación animaron a desarrollar y construir una gran obra de regulación que evitara el riesgo de crecidas, por un lado, y permitiera aguas abajo la transformación de zonas de secano en regadío, para irrigar una extensión que en la actualidad suma cerca de 45.000 hectáreas, por otro, además de abastecer pasado el tiempo a buena parte de la ciudad de León.
Dos ingenieros de caminos, Antonio Martínez Fernández y Mariano Palancar Penella, fueron los autores de un proyecto que terminó por hacerse realidad como una de las infraestructuras más relevantes de la cuenca del Duero, y reflejaba su creatividad, rigor técnico y trabajo sobre el terreno en la propia supervisión de las obras.
Tipología de gravedad de planta mixta
Con tipología de presa de gravedad de planta mixta y 2 alineaciones rectas entre una curva a partir del bloque 13, tiene la estructura una altura de 75 metros sobre el cauce, dispone de un aliviadero de 3 vanos centrado sobre la presa -con compuertas-, un desagüe doble intermedio y un doble desagüe de fondo. La longitud de coronación es de unos 240 metros.
Posee el embalse una cuenca propia con una superficie de 253 kilómetros cuadrados y una aportación media anual de unos 340 hectómetros cúbicos. Además, mediante la aportación de recursos de parte de la cuenca del Curueño se logra aumentar las entradas de agua para completar su llenado.
Adjudicadas las obras a la empresa Cubiertas y M.Z.O.V. en febrero de 1961, los trabajos comenzaron dos meses después con las primeras excavaciones y la construcción del canal de desvío del río Porma. La crudeza del clima de la montaña condicionaba sobremanera el ritmo de trabajo.
A modo de ejemplo, entre los meses de noviembre de 1962 y enero de 1963, las obras se paralizaron por completo al registrarse unas muy bajas temperaturas que llegaron a ser de 18 grados bajo cero, con copiosas nevadas en la zona.
Súbitos aumentos de caudal
Asimismo, también hubo que hacer frente entonces a los repentinos aumentos del caudal del río, con avenidas como la ocurrida el 15 de noviembre del 1963 -caudal punta de 130 metros cúbicos por segundo-, o la del 29 de mayo de 1965, que alcanzó los 200 metros cúbicos por segundo.
Por ello, las campañas de hormigonado solían desarrollarse entre los meses de marzo y noviembre, mientras que en los inviernos se efectuaban otros trabajos como la excavación en las márgenes laterales. En su construcción, se emplearon unos 345.000 metros cúbicos de hormigón.
El nivel del agua embalsada fue ascendiendo desde el comienzo del llenado hasta alcanzar la cota 1.052 (metros sobre el nivel del mar) el día 12 de febrero de 1968. Subió hasta la cota 1.073 a mediados de abril con un volumen entonces embalsado de 110 hectómetros cúbicos, con el fin de permitir permanecer en sus casas a los vecinos de Ferreras y Quintanilla, a pesar de haber culminado ya el proceso expropiatorio.
Durante los meses sucesivos, además de ir rematando la coronación de la presa y las casetas de los grupos de accionamiento de las compuertas de aliviadero, se vigiló el comportamiento de las juntas y los conductos de drenaje para solucionar y sellar posibles filtraciones entre bloques, y se efectuaron múltiples pruebas de resistencia del hormigón en diferentes localizaciones de la estructura.
El presupuesto de la obra ascendió a 244.844.000 pesetas, para hacer realidad un proyecto que incluía los edificios auxiliares de explotación y de administración y el desvío de la carretera local de Boñar a Campo de Caso en sus tramos primero y segundo para restituir la conexión viaria con Asturias.
En las obras, sobre todo en su comienzo, intervino el escritor e ingeniero de caminos Juan Benet, considerado uno de los mejores autores de la narrativa española de la segunda mitad del siglo XX, cuya figura queda íntimamente ligada al embalse por su novela “Volverás a Región”, que describe un espacio mítico en dichos parajes y fue escrita mientras residió en la zona con el trasfondo de Vegamián, el principal pueblo anegado.
Visita inaugural del ministro de Obras Públicas
El 10 de junio de 1968, comenzó el desembalse con un caudal de 8 metros cúbicos por segundo, reducido luego a 5 a finales de septiembre, de manera que el remanente de agua almacenada quedó en 52 hectómetros cúbicos. En junio de 1969 tuvo lugar su inauguración oficial, con la visita del entonces ministro de Obras Públicas, Federico Silva Muñoz, momento en que el embalse llegó a su máximo nivel en la cota 1.086 con un volumen de cerca de 214 hectómetros cúbicos.
Precisamente, al cumplirse ahora el medio siglo de su entrada en servicio la Fundación Cerezales, Antonino y Cinia en Cerezales del Condado aguas abajo de la presa, y el MUSAC de León acoge sendas exposiciones tituladas “Región los relatos” y “Cambio de paisaje y políticas del agua”, en las que ha colaborado documentalmente la CHD, con la exhibición de proyectos originales, planos, fotografías y expedientes de expropiación tanto del embalse del Porma como del de Riaño, en el segundo caso.