El censo definitivo de personas físicas es un calco del provisional, y no se han tenido en cuenta las alegaciones efectuadas
La organización agraria ASAJA, que denunció en su día que faltaban centenares de agricultores y ganaderos leoneses en el censo provisional de las elecciones para medir la representatividad de las organizaciones profesionales agrarias, que se celebrarán el domingo 11 de febrero, muestra su más absoluta indignación al comprobar ahora que el censo definitivo sigue caracterizándose por las mismas ausencias. Si bien en el censo de personas jurídicas se han incorporado bien de oficio o a petición de parte algunas sociedades, en el caso de las personas físicas tan solo se han incorporado 11 nuevos votantes, pasando de 5.703 del censo provisional a 5.714 en el censo definitivo.
Si el requisito fijado por la Ley para poder votar es el de cotizar a la Seguridad Social como autónomo de la agricultura, el número medio de cotizantes en el mes de diciembre, según datos publicados por la Seguridad Social, fue de 6.977, por lo tanto el desfase entre cotizantes y votantes es de 1.263, una cifra suficientemente abultada como para hacer pensar a cualquier responsable político si fuera medianamente sensato. Los ausentes, como ya ha denunciado ASAJA en otras ocasiones, son por lo general uno de ambos cónyuges en explotaciones en las que cotiza el matrimonio (hecho común en León y que resulta menos frecuente en otras provincias), y son también agricultores cotizantes que gestionan su explotación con una figura societaria. Por estos motivos, el censo en la provincia se ha reducido en 1.150 votantes con respecto a 2012, representando la mitad de toda la caída de votantes de Castilla y León. ¿Nadie se ha parado a pensar que no es posible que en la reducción de un censo en nueve provincias la mitad sean de la provincia de León?
ASAJA de León se siente impotente defendiendo la limpieza de un proceso electoral que tiene que partir de un censo en el que estén todos los que deben estar, algo que no va a ocurrir. Aunque los errores han ocurrido en todas las provincias, el caso de la de León no tiene parangón, y no ha sido posible conseguir de los responsables de la Junta en León o en Valladolid la más mínima intención de rectificar. De hecho, y a pesar de todas las dificultades y de lo difícil que es motivar para ir a votar, se han presentado en la provincia de León 330 alegaciones al censo, que por lo visto, no han servido para nada.
Para ahondar más en la herida, es en León donde se han suprimido la mayoría de mesas electorales respecto a 2012, castigando a las zonas de montaña y en particular la comarca de El Bierzo. Por si fuera poco, no se puede votar por correo y el voto anticipado es un voto presencial ante el Servicio Territorial de Agricultura y Ganadería de León, obligando al desplazamiento a la capital, pues no se ha habilitado la Delegación de la Junta en Ponferrada.