La Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Guardia Civil ponen en marcha de nuevo la campaña de control del combustible utilizado en calderas de calefacción industrial. Entre los meses de febrero y marzo se intensificarán las inspecciones en talleres e instalaciones industriales y agropecuarias sobre la utilización de combustibles no autorizados, tales como biomasa tratada, plásticos y restos de otras sustancias utilizadas en la agricultura y la automoción. Asimismo, se vigilará especialmente el uso de sustancias como maderas con barnices y plásticos, entre otras, ‘no aptas’ para su quema en talleres e instalaciones industriales y agropecuarias.
Al igual que el año 2017, cuando se alcanzaron los objetivos marcados, la Consejería de Fomento y Medio Ambiente y la Guardia Civil procederán en todo el territorio de la Comunidad a realizar servicios de vigilancia e inspección en talleres e instalaciones industriales y agropecuarias susceptibles de utilizar combustible no autorizado en calderas de calefacción o industriales.
Los residuos más utilizados son restos de biomasa tratada, plásticos y restos de otras sustancias utilizadas en la agricultura y la automoción. La incineración de los residuos en estos dispositivos está prohibida por la normativa en esta materia, ya que las incineraciones en estas calderas no diseñadas a este fin provocan emisiones contaminantes importantes con posibles repercusiones sobre la salud de las personas y el medio ambiente.
Los objetivos de esta campaña son controlar el combustible utilizado en instalaciones de combustión pequeñas situadas en talleres e instalaciones industriales y agropecuarias; concienciar a los operadores en relación a la peligrosidad de la realización de estas operaciones para la salud pública y el medio ambiente derivado de las emisiones contaminantes que generan; localizar gestores de residuos que realizan operaciones inadecuadas; y, finalmente, mejorar la calidad del aire en la Comunidad, y especialmente en municipios de tamaño pequeño donde es previsible que esta práctica está más generalizada.
El ámbito territorial abarca todas las provincias de Castilla y León, si bien será especialmente intensa en comarcas donde hay industria de la fabricación de muebles y otros derivados de la madera natural.