Un grupo de científicos y de historiadores liderados por la Universidad de Cambridge, en el Reino Unido, lograron establecer con exactitud la fecha en la que ocurrió la erupción volcánica de lava más grande registrada en la historia de Islandia.
Se trata de la erupción del volcán Eldgjá, ocurrida en el siglo X.
Usando información contenida en capas de hielo y anillos de árboles concluyeron que comenzó en 939 y duró más de un año.
Pero más allá de la fecha, los expertos descubrieron otro dato sorprendente asociado al volcán: que su erupción parece haber sido un factor clave en la conversión de los vikingos al cristianismo.
Clive Oppenheimer, un vulcanólogo de la Universidad de Cambridge que lideró el estudio, señaló que la fecha de la explosión coincide con la época en la que vivieron «las primeras dos o tres generaciones de colonos islandeses».
«Es posible que algunas de las primeras olas de migrantes a Islandia, que fueron traídos cuando eran niños, hayan presenciado la erupción», señaló Oppenheimer.
Según las conclusiones del estudio, el devastador evento pudo haber sido interpretado como un acto de Dios.
País volcánico
La erupción produjo lo que se conoce como una inundación de lava, algo que es poco frecuente.
Se trata de una erupción prolongada durante la cual un enorme flujo de magma cubre todo el paisaje y llena el aire de gases sulfúricos.
Islandia —un país que se formó sobre volcanes— tiene una alta incidencia de este tipo de eventos. El último ocurrió en 2015 y afectó una zona aérea de 1.400 kilómetros.
El país también fue noticia en todo el mundo en 2010 cuando el volcán Eyjafjallajokull obligó a suspender el tráfico aéreo en Europa por dos semanas, aunque esa vez se trató de otro tipo de erupción que causó una enorme nube de cenizas.
Pero el estallido del Eldgjá no tuvo igual: se estima que el cráter arrojó unos 20 kilómetros cúbicos de lava, suficientes para cubrir todo un país del tamaño de Inglaterra.
Veranos helados, plagas y hambruna
Una vez que los investigadores lograron determinar cuándo ocurrió la erupción, se enfocaron en estudiar sus consecuencias.
Por un lado, indagaron sobre sus efectos sobre el clima. Y descubrieron que el fenómeno no solo afectó a los pobladores vikingos y celtas que llevaban un siglo asentados en Islandia.
La nube de polvo sulfúrico que generó el Eldgjá también debilitó los efectos del Sol en países como Irlanda, Alemania e Italia, según quedó registrado en crónicas de la época.
Así, en 940 —el año siguiente al comienzo de la erupción— se registró el verano europeo más frío en 1.500 años, con temperaturas 2 °C más bajas que el promedio.
Según Tim Newfield, del departamento de Historia y Biología de la Universidad de Georgetown, en Washington, Estados Unidos, los efectos del volcán islandés llegaron a sentirse incluso tan lejos como China e Irak, donde los inviernos se tornaron más fríos.
El cambio climático, a su vez, causó «plagas de langostas y la mortalidad del ganado» en algunas partes, generando hambruna.
«Los efectos de la erupción de Eldgjá deben haber sido devastadores para la joven colonia en Islandia; es probable que la tierra fue abandonada y la hambruna fue severa», dijo el coautor del estudio, Andy Orchard, profesor de la Facultad de Inglés de la Universidad de Oxford.
«Sin embargo, no hay textos sobrevivientes de la propia Islandia que nos proporcionen un relato directo de la erupción», señaló.
Voluspá
No obstante, el poema medieval más famoso de Islandia, el Voluspá («La profecía de la vidente») sí parece hacer referencia a este evento colosal.
El texto escrito en 961 —dos décadas después de la erupción— pronostica el final de los dioses paganos de Islandia y la llegada de un nuevo y único dios.
Es decir, se refiere a la conversión de Islandia al cristianismo, algo que se formalizó a finales del siglo XI.
Parte del poema describe una terrible erupción con explosiones ardientes iluminando el cielo y el Sol oscurecido por gruesas nubes de ceniza y vapor.
«El Sol comienza a ponerse negro, la tierra se hunde en el mar, las estrellas brillantes se dispersan desde el cielo», describe el poema.
«Es increíble cómo la erupción es relatada en el Voluspá con un estilo casi de testigo presencial», señaló el Oppenheimer.
«La interpretación del poema como una profecía del final de los dioses paganos y su reemplazo por el único dios sugiere que los recuerdos de esta terrible erupción volcánica fueron incitados a propósito para estimular la cristianización de Islandia», concluyó en su trabajo, que fue publicado en la revista científica Climatic Change.