Nada más conocerse el resultado de la votación, Sánchez se puso en pie para recibir la ovación de todo el Grupo Parlamentario Socialista que aplaudía la elección de su líder como nuevo jefe del Ejecutivo.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, se ha convertido este viernes en el nuevo presidente del Gobierno, después de que el Congreso avalara la moción de censura contra Mariano Rajoy.
La moción de censura salió aprobada con 180 votos a favor (PSOE, Unidos Podemos, ERC, PDECat, PNV, Compromís, Bildu y Nueva Canarias), 169 en contra (PP, Ciudadanos, UPN y Foro) y la abstención de la diputada de Coalición Canarias.
Al no tener acta de diputado, Sánchez es el primer presidente que no se ha votado a sí mismo y que no tiene escaño en el Congreso de los Diputados.
Nada más conocerse el resultado de la votación, Sánchez se puso en pie para recibir la ovación de todo el Grupo Parlamentario Socialista que aplaudía la elección de su líder como nuevo jefe del Ejecutivo. Y Rajoy se dirigió hacia la bancada socialista para estrechar la mano de Sánchez, mientras en el Hemiciclo se escuchaban gritos de «sí se puede» desde los escaños de Unidos Podemos.
Entonces, Sánchez miró a la tribuna de invitados donde estaba su mujer, Begoña Gómez, y recibió también el apoyo de sus padres y su hermano que habían seguido toda la sesión plenaria.
Además del presidente del PP, Sánchez recibió la felicitación de otros líderes políticos como el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias; el de Izquierda Unida, Alberto Garzón; o el portavoz del PNV, Aitor Esteban; e incluso el de Ciudadanos, Albert Rivera; cuando abandonaban el Hemiciclo.
Pero el mayor respaldo lo recibió de los diputados socialistas, quienes, uno a uno, pasaban por su sitio para felicitarle a él y a parte de su equipo próximo. Algunos socialistas bromeaban con «lo que une el poder» por las muestras de afecto de algunos socialistas que han sido muy críticos con el líder y con la nueva dirección. Al tiempo que deseaban que de verdad se «una el partido ahora», después de los convulsos tiempos que ha vivido el PSOE.
Estas muestras de cariño y afecto se extendían entre los dirigentes socialistas, muchos de ellos visiblemente emocionados, como el secretario de Organización del PSOE, José Luis Ábalos, que rompió a llorar mientras se fundía en un abrazo con la vicesecretaria general de este partido, Adriana Lastra.
SEGUNDA VIDA
Estas lágrimas simbolizan la tensión acumulada en el equipo más próximo de Sánchez que, además de ser el que ha peleado por esta moción, es el que le acompañó durante la ‘guerra interna’ que vivió el PSOE hace justo un año en las primarias.
Para llegar a entonces, cabe recordar que Sánchez llegó por primera vez a la Secretaria General del PSOE en julio de 2014 tras vencer en unas primarias abiertas a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias, siendo el primero elegido por la militancia.
Pero los conflictos internos y los malos resultados históricos en las elecciones de 2015 y 2016 llevaron a un convulso Comité Federal del partido el 1 de octubre que acabó con su dimisión.
Entonces, siguió como diputado raso en el Hemiciclo hasta que la Gestora que lideraba el partido optó por facilitar con una abstención la investidura de Mariano Rajoy y Sánchez, para no votar eso, renunció a su acta de diputados el 29 de octubre de 2016.
A partir de ahí empezó una etapa negra de meditación sobre su futuro y su continuidad en la política que lo llevaron, según él mismo ha reconocido, a fortalecerse como persona.
Lejos quedaba el intento del 4 de marzo de ser investido presidente del Gobierno tras las elecciones generales del 20 de diciembre de 2015, lo cual no prosperó porque Podemos no le apoyó y los votos de minoritarios y Ciudadanos no le otorgaban la mayoría absoluta. Entonces, se convirtió en el primer político que en la España constitucional ve rechazada su candidatura a la investidura en el Congreso.
EN EL PARO
Tras dejar todos los cargos, Sánchez pasó por el paro y barajó incluso volver a la docencia en la universidad hasta que sus más próximos le animaron a que optara de nuevo a la Secretaría General.
Y pese a contar con casi todos los dirigentes del partido en contra, el 21 de mayo de 2017 Sánchez logró una victoria holgada frente a Susana Díaz y Patxi López.
De nuevo al frente del PSOE en lo que él mismo denomina su «segunda vida», Sánchez ha mantenido una estrecha relación con el presidente Rajoy, por la crisis institucional en Cataluña. Si bien, siempre ha mostrado su crítica a las políticas sociales del Ejecutivo y planteado su «alternativa» de Gobierno.
La dirección del PSOE nunca había descartado la posibilidad de presentar la moción de censura, pero en este momento no entraba en los planes. Pero, tras conocerse la sentencia del ‘caso Gürtel’, en el círculo más próximo de Sánchez vieron la oportunidad para exigir a Rajoy responsabilidades por la ‘trama Gürtel’. El día en que compareció Mariano Rajoy como testigo en la Audiencia Nacional, el 26 de julio de 2017, el líder del PSOE ya le indicó que «sólo tiene un camino, dimitir».
Viendo que el presidente no reaccionaba, el PSOE armó la moción en el despacho de Sánchez y con Carmen Calvo perfilando la iniciativa,que, para sorpresa de muchos, registró la portavoz parlamentaria, Margarita Robles, a las 10.20 horas del viernes 25 de mayo. Al amarrar todos los apoyos para que saliera la moción, en el PSOE insistían en ofrecer a Rajoy una «salida digna» y que dimitiera porque, pasara lo que pasara, ya habian «ganado». O Sánchez se hacía con La Moncloa o Rajoy dimitía, era un paso adelante «win-win», porque eran consecuencias positivas para el PSOE tanto si prosperaba como si no, decían fuentes socialistas.
Justo una semana después, el panorama político viró y, casi a esa misma hora, el presidente Rajoy (10.24) se despedida de sus funciones y era el primero en felicitar a Sánchez como nuevo presidente del Gobierno.
Pedro Sánchez Pérez-Castejón, de 46 años, casado y con dos hijas fue diputado en cuatro (IX , X , XI y XII) legislaturas. Es licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales por la Universidad Complutense, y también doctor en Economía y Empresa por la Universidad Camilo José Cela (Madrid). Además, habla inglés y francés, siendo así el primer jefe de un Gobierno de España que domina otros idiomas.