Los socialistas registran este lunes en las Cortes la petición para restaurar y poner en valor el eremitorio del cerro de Villasabariego sobre el que se asienta la ciudad astur-romana

El Grupo Socialista presenta este lunes en las Cortes de Castilla y León una proposición no de ley (PNL) para rescatar el conjunto de cuevas medievales excavadas por eremitas en el cerro sobre el que se asienta la ciudad astur-romana de Lancia. Así lo han señalado los responsables del PSOE de León que se han desplazado a este paraje situado en el límite de los municipios de Villasabariego y Mansilla Mayor para comprobar el estado de abandono el que se encuentra la también conocida como tebaida de Lancia.

La visita a las popularmente denominadas Cuevas Menudas ha estado encabezada por el secretario general del PSOE de León, Javier Alfonso Cendón, y por el procurador socialista por León, Álvaro Lora, que se encargará de trasladar al Parlamento autonómico la reclamación sobre este monumento, declarado Bien de Interés Cultural, con el máximo grado de protección, en 1985.

Acompañaron a ambos, el también parlamentario autonómico Óscar Álvarez, concejales del PSOE en el Ayuntamiento de Villasabariego, con su portavoz, José Ángel Álvarez Díez, al frente, y representantes del Consistorio de Mansilla Mayor, con su alcalde, José Alberto Martínez, a la cabeza. El miembro de la ejecutiva provincial del PSOE y secretario de la Agrupación Socialista Ribera del Esla, Pablo López Presa, y los pedáneos de Valle de Mansilla, Álvaro Canseco, y de Villasabariego, Pedro Reguera, también compusieron la comitiva.

La propuesta de resolución que el PSOE lleva a las Cortes exige a la Junta llevar a cabo las labores necesarias para restaurar, acondicionar el entorno, proteger y señalizar las Cuevas Menudas con el fin de, en resumen, poner en valor el que está considerado por los expertos como uno de los conjuntos de cavidades eremíticas más relevantes del patrimonio histórico español.

El eremitorio de Lancia está compuesto por 17 espacios yuxtapuestos de pequeñas dimensiones en su mayoría, orientados hacia el suroeste y a unos 70 metros de altura con respecto al llano. Según describe en sus trabajos la doctora en Historia del Arte Vanesa Jimeno Guerra, “su disposición, tamaño y planimetría responde a la tipología eremítica que combina pequeñas celdas para monjes con espacios de mayores dimensiones de carácter comunal”.

Hasta 1822, eran propiedad del cercano monasterio de Eslonza, y parte del terreno situado bajo ellas de la Orden de Santiago. Sus paredes todavía conservan algunos grabados de carácter cristiano, sobre todo cruces, entre las que destaca un imponente huecorrelieve de 25 centímetros destinado a encajar en su interior una cruz portátil. “De gran interés son también los grabados epigráficos que demuestran aún más su cronología medieval a través de grafías como la A con el travesaño angular típico de los siglos V-XI. Otros restos que aún permanecen en estas cuevas son los bancos corridos, los silos, las muescas de cerramientos de carpintería y los posibles enterramientos”, señala la historiadora.

Pese a todo ello y al interés que el conjunto despertó desde finales del siglo XIX, tras atribuirle un origen paleolítico, la delegación socialista pudo comprobar sobre el terreno “el considerable abandono que estas cuevas presentan a día de hoy, totalmente desprotegidas ante el paso del tiempo, los efectos atmosféricos y el vandalismo”, apunta el líder de los socialistas leoneses, Javier Alfonso Cendón.

El procurador autonómico por el PSOE, Álvaro Lora, recuerda que, en la página web de Hispania Nostra, califican el estado de las cuevas de “ruinoso”, en el que las inscripciones realizadas en los muros de arcilla están desapareciendo por efectos naturales y por la acción del hombre. “Además de los continuos actos vandálicos en forma de firmas, el interior de una de las cuevas ha sido utilizado como lugar de reunión de algún grupo de personas”, indica.