Los socialistas llevan meses aportando las quejas de los vecinos y denunciando esta situación a la que el PP no es capaz de dar solución
El edil Vicente Canuria pide que se aclare si es cierto que los vecinos han comprado luminarias y saber si estas han sido colocadas por el personal municipal
El Grupo Municipal Socialista en el Ayuntamiento de León lleva meses denunciando la necesidad de sustituir con la mayor celeridad y urgencia las luminarias, al mismo tiempo que lleva tramitando las numerosas quejas recibidas por vecinos de todos los barrios de la ciudad, siempre respondidas con la excusa de “la falta de material” por parte del equipo de gobierno.
Los socialistas recuerdan que el año pasado se superaron las 750 reclamaciones vecinales, lo que supuso un incremento de las mismas respecto a los años anteriores, lo que demuestra la falta de diligencia del equipo de gobierno del Partido Popular en la gestión de este servicio público básico.
“En los cinco meses primeros del año se registraron cerca de 450 quejas que ponen de relieve el deficitario estado del alumbrado público en la localidad, una cifra que seguirá aumentando si el Partido Popular sigue sin actuar y aferrándose a la respuesta incomprensible de que no hay material para reponer”, denunció Vicente Canuria.
“Desde el PSOE no podemos permitir que se siga sin atender estas quejas que generan problemas de seguridad para los vecinos, ya que bastaría con extraer del presupuesto una pequeña partida o habilitarla para este fin. Estamos hablando de que una de las competencias más básicas que tiene que prestar este ayuntamiento es precisamente la del alumbrado público y no se está prestando correctamente”.
Por último, desde el Grupo Municipal Socialista se pide al equipo de gobierno que aclare, según están denunciando vecinos de numerosos barrios, si se está procediendo a reponer alumbrado público mediante un anómalo sistema mediante el cual serían los ciudadanos quienes pagan las luminarias y los empleados municipales quienes las colocan. “Estaríamos ante una situación absolutamente anormal y de cierta gravedad que, de haberse producido, no se puede consentir y que debe aclararse hasta el último extremo”, remachó Canuria.