El Consejo de Gobierno ha autorizado esta mañana la firma del convenio entre la Consejería de Agricultura y Ganadería, Seiasa (Sociedad Estatal de Infraestructuras Agrarias) y la comunidad de regantes del Canal del Páramo para construir una infraestructura de riego moderna que mejorará la distribución del agua a los cultivos en los sectores IV y VI de esta zona, que pertenecen al municipio de Bustillo del Páramo. El acuerdo aprobado hoy supondrá una inversión de cerca de 40,8 millones de euros.
La Consejería de Agricultura y Ganadería se encargará de las instalaciones de bombeo y regulación y Seiasa de la red de distribución de riego, otras instalaciones y automatismos. De las obras que se van a llevar a cabo se beneficiarán 1.050 regantes que poseen 3.878 hectáreas. Esta actuación, a la que se van a destinar 40.777.000 euros en total, permitirá finalizar las actuaciones de modernización de los regadíos de esta zona.
Cumplimiento del 49 % del compromiso de modernización
Con esta actuación, la Junta de Castilla y León ejecutará el 49 % del compromiso adquirido por el presidente Juan Vicente Herrera al inicio de legislatura de modernizar los regadíos en 40.000 hectáreas de la Comunidad, como se recoge en el Mapa de Infraestructuras Agrarias elaborado por la Consejería de Agricultura y Ganadería.
Este innovador Mapa nacía con tres objetivos claros: crear riqueza en el sistema agrario y agroalimentario y mejorar tanto el desarrollo socioeconómico como el medioambiental de las zonas rurales. Para desarrollar el regadío y la concentración parcelaria en la Comunidad, este instrumento cuenta con una inversión superior a los 610 millones de euros.
Beneficios de la modernización del regadío
Entre los principales beneficios que conlleva la modernización del regadío de una zona están los demográficos ya que las incorporaciones de jóvenes en las zonas modernizadas son un 80 % superiores que las que se producen en las zonas sin modernizar.
En el ámbito económico, el valor añadido bruto de una hectárea modernizada es un 30 % superior a una que no lo está y, además, en las zonas modernizadas se reducen los costes para el riego por aspersión un 35 % respecto a las zonas sin modernizar.
Los beneficios medioambientales también son considerables ya que la modernización permite la optimización del uso del agua, se estiman ahorros medios en el uso de recursos de un 20 %, y permite también una reducción de la contaminación difusa que puede cifrarse, por ejemplo, en una disminución del abonado nitrogenado de entre un 25 y un 30 %, que además de ser un ahorro de costes importante, reduce la carga contaminante que llega a las masas de agua.
Por estos motivos, la modernización de los regadíos se configura como una de las medidas imprescindibles para el desarrollo rural, no solo porque permite garantizar la viabilidad de las explotaciones para el futuro, sino porque además tiene un efecto de interacción con otras actividades, como la industria agroalimentaria, lo que permite generar empleo y actividad económica y fijar población en estos entornos.