Se acabó el congreso extraordinario del PP con el resultado a todas luces esperado, aunque una primera impresión nos pudiera cofundir, dado el resultado de la primera votación.
Pero si exploramos un poco el interior, pronto comprendemos que la candidata tenía que sortear dos duras barreras, a saber, su participación en el Gobierno durante varios años, con el consiguiente desgaste que eso produce de cara a los ojos de los ciudadanos, y por otro lado,su no participación en los niveles de decisión del partido,tal y como ella misma ha reconocido.
Las atípicas “primarias” de un partido acostumbrado al señalamiento con el dedo de su lider, estaban concebidas para que en la segunda vuelta, la votación única de los compromisarios, dejara las cosas a favor de quien mejor respetara las inercias que se producen en el interior de todos los partidos políticos.
Los compromisarios son los afiliados con cargo, ya sea dentro o fuera del partido, con lo que siempre decidirán inclinar la balanza en favor de quien respete las reglas de juego y la idiosincrasia de cada formación política, y eso es lo que representa el candidato ganador, que se había criado políticamente entre las bases, primero en los delfines de Nuevas Generaciones y luego en los pechos del PP madrileño.
Dicho esto, la impresión que yo tengo es la de que se ha producido una derrota en toda regla del “Rajoyismo”, o lo que es lo mismo, una enmienda a la totalidad de la política partidaria de Mariano Rajoy.
Se ha despedido una época y a un Presidente, a pesar de que algunos de sus correligionarios tildaban como el mejor presidente del partido y del Gobierno de la democracia.
Lo cierto es que el partido mantiene en su ADN la hipocresía de decir una cosa y pensar la contraria con lo que no podía dejar pasar la oportunidad de despedir a su mejor Presidente y,al mismo tiempo, enmendar la plana a toda su política y a sus sucesores.
Se va Rajoy y vuelve Aznar. Aznarismo por Marianismo. El PP vuelve a la senda del partido más conservador y rancio de tiempos pasados.
El congreso ha puesto nombre al nuevo líder. Pronto vendrá un ajuste de sus lineas estratégicas e ideológicas en las que veremos un regreso al pasado.
Han ganado un nuevo lider y parece que van a perder el centro.
PD: Se va Rajoy pero no el rajoyismo que permenece en algunos lugares de nuestra geografía, consistente fundamentalmente en dejar que las cosas se pudran o “lo mejor no hacer nada”.
Lo tenemos en el Consejero de Sanidad de nuestra Autonomía. Rajoy en estado puro.
Angel L.Nieto
Julio 2018