Presentación del tercer ciclo de intervenciones 2018-2019
RESUMEN.
El Festival Playa-220 es un proyecto multiplataforma y multidisciplinar para la regeneración urbana de poblaciones al borde del colapso demográfico. Diseñado y dirigido desde Taller Topotesia, estudio de arquitectura, y el Ayuntamiento de Vallecillo, durante los últimos tres años ha propuesto una serie de intervenciones urbanas y actividades artísticas con profesionales y ciudadanos con tal de buscar la reactivación social, económica y cultural del municipio.
Este año entramos en una nueva fase en la cual se va a convertir Vallecillo en el primer municipio del medio rural en aplicar un proceso de participación colectiva extensivo para la reflexión y el diseño de su futuro inmediato, junto con la elaboración de estrategias urbanas para liderar la vanguardia en acciones de repoblamiento rural.
El proyecto está recibiendo numerosos reconocimientos, y se encuentra en disposición de pegar el salto con el que alcanzar metas de calidad que permitan convertir a León en laboratorio de innovación territorial en la España Vacía.
PASADO Y RECONOCIMIENTOS.
Con dos ediciones a sus espaldas, Playa-220 es un proyecto consolidado y pionero en la propuesta de soluciones y estrategias que reviertan el proceso de desertificación demográfica del interior español. Vallecillo se encuentra ahora en numerosos foros sobre innovación territorial, urbanismo colaborativo y reactivación social a través de la cultura.
Sus pasadas ediciones, en 2016 y 2017, han supuesto colocar a Vallecillo en el mapa y en los medios, visibilizar la problemática del despoblamiento rural y la pérdida del patrimonio cultural, humano y arquitectónico de estos entornos. Pero, sobre todo, ha provocado un flujo de ideas, actitudes, y profesionales hacia el pueblo que ha ayudado a crear una sólida comunidad local en torno a la lucha por el futuro del medio rural. Vallecillo es hoy un municipio unido en una actitud proactiva y optimista, con capacidad creadora para empezar a diseñar su porvenir.
Intervenciones de arquitectura efímera, arte urbano, pintura, fotografía, cine, psicología, debates y mesas redondas; grupos de universitarios, artistas internacionales, documentalistas y escritores han tomado el pueblo durante los años pasados y han transformado la visión de Vallecillo de sus habitantes, y de los medios de comunicación y demás agentes externos a la realidad del medio rural más allá de los tópicos.
FUTURO. TERCER CICLO 2018-2019.
Todo ello ha transformado a Vallecillo y sus habitantes, y el proyecto ha evolucionado hasta convertirse en un intenso proceso participativo. Esta tercera edición comenzará los días 1, 2 y 3 de agosto, y se hará extensiva durante todo el año siguiente. Vallecillo se convertirá en una inmensa aula abierta donde todos sus vecinos adquirirán herramientas de análisis y creativas, producirán ideas y propuestas para el Vallecillo del futuro, y con ello marcarán las líneas de trabajo con las que, en los meses posteriores, se lancen convocatorias internacionales con las que enriquecer y definir las propuestas por parte de profesionales, artistas y demás agentes que quieran colaborar.
El trabajo de los directores del proyecto, los arquitectos de Taller Topotesia, será dirigir a toda la sociedad vallecillense y profesionales invitados a través de un proceso por el cual aprendan, propongan y articulen una estrategia que dé inicio al desarrollo del futuro del municipio. Principios básicos del proceso colaborativo son lograr la participación del 100% de la población, y la creación de grupos de trabajo que de modo permanente y continuado a lo largo del año vayan completando los proyectos iniciados durante el verano.
¿Por qué se vacía gran parte de la España rural? Porque ha desaparecido un cultivo imprescindible: la esperanza. La desconexión rural se suele presentar como un fenómeno natural. Un destino en el que los territorios también se retiran. Una retirada inevitable, como hay países que han sido prósperos y ahora son yacimientos catastróficos. Una vez más escapamos de los porqués. El equivalente a la España abandonada, en el norte e interior peninsular, es un espacio de bienestar en otros países europeos. Frente al “vacío” político, aquí también hay gente joven que lo intenta, que no abandona. Que todavía le da cuerda al reloj de la vida como una artesanía. Más allá del desinterés político, hay un accidente cultural. En España ha podido más el menosprecio de aldea, un costumbrismo en el que la figura central era el paleto que venía del campo. Estaríamos hablando de otra historia de no frustrarse la visión y el modelo educativo que representaba, por ejemplo, la Institución Libre de Enseñanza. La España oficial ha desconectado tradicionalmente de un mundo que considera subalterno o prescindible. Las élites políticas, y las otras, solo saben de la España rural por las cacerías. O por la caza de subvenciones. Ha ido más dinero de fondos europeos para latifundios que para cooperativas o los autónomos del pequeño campesinado.
La desconexión del urogallo. El País Semanal, 26 de marzo de 2017. Manuel Rivas.