Con la proyección ayer por la noche de «Arrugas» (2011), película de animación para adultos que ha sido la más votada por en las redes sociales por el público, ayer la segunda edición de CINEGRILLÓN echó el telón hasta el año que viene. Han sido tres noches de cine fantásticas en la Plaza de Boñar, actividad recuperada y que poco a poco va sumando adeptos. Quinientas personas se dieron cita en la emblemática plaza de la Villa para disfrutar, pequeños y mayores, del buen cine y de unas noches en manga corta que no son muy frecuentes por la Montaña.
Sin duda fue la primera jornada, la sesión infantil, la que más público atrajo. Niños y niñas con sus padres y madres o con sus abuelos y abuelas, se divirtieron de lo lindo con «Up», que como no podía ser de otra forma, gira en torno a la figura de un entrañable y aventurero abuelo, temática elegida para la segunda edición de este pequeño ciclo o festival que al menos, con trabajo, cariño y tiempo, aspira a serlo. Las palomitas que repartió la organización también hicieron lo suyo…
Pero fue el documental de la segunda jornada «Muchos hijos, un mono y un castillo» (2017) el que más sorprendió y gustó al respetable. Como la película del día anterior, su elección es responsabilidad del director de CINEGRILLÓN Antonio Villa, natural de Boñar, crítico de cine y responsable además del exitoso Triq Cinemoon Festival que se realiza cada año en La Valeta, en la isla de Malta. Estel retrato de Gustavo Salmerón sobre su surrealista madre, ha estado recogiendo premios en festivales alrededor del mundo desde que se estrenara el pasado año. Y es curioso como esta historia familiar, tan intrínsecamente española, está haciendo reír a gente de sitios tan diferentes como Canada, Japón o Australia. La principal razón que explica el éxito de la película es, por supuesto, la extravagante y simpática Julita. Ella se pone a cargo del filme muy pronto y su hijo sólo tiene que encender la cámara y grabarla mientras habla y se mueve por su particular reino. Pero además de su telegénica presencia, este documental esconde muchas más cosas que hacen que merezca mucho la pena su visionado: su sentido del humor absurdo, sus intenciones alegóricas, su desarmante naturalidad…
Organizado por el Ayuntamiento de Boñar, Gente Inquieta y Sonido Salvaje – sonorización e iluminación -, el cine volverá el próximo verano para llenar la plaza con más historias de luz.