La fiesta del 1 de noviembre se remonta a principios del siglo IV, cuando la iglesia  decidió honrar a los mártires por el poder romano.

El jueves 1 de noviembre se celebra en España la festividad del Día de Todos los Santos. Una fecha en la que es tradicional que los españoles asistan a los cementerios para visitar las tumbas de los seres queridos fallecidos. Pero, ¿por qué se celebra este día?

Aunque es una fecha señalada en el calendario desde hace muchos años –además de ser no laborable- son muchos los que desconocen los motivos por los que en este día se venera a los fallecidos.

El Día de Todos los Santos fue instaurado por la iglesia Católica a principios del siglo IV por la Gran Persecución de Diocleciano. Fueron tantos los mártires causados por el poder romano, que la iglesia decidió marcar un día para dedicárselo a ellos.

Aunque durante los primeros siglos no hubo una fecha fija, Gregorio III decidió fijarla el 1 de noviembre. El papa Gregorio IV, por su parte, extendió la celebración a toda la iglesia en el siglo IX.

 

El Día de Todos los Santos, en el mundo

Desde la instalación de la fiesta en el calendario católico, muchos de los países que profesan esta religión disfrutan –como en España- de un día de fiesta y veneración a los que ya no están entre nosotros. En América Latina es una festividad muy popular, y un ejemplo de ello es México.

En el país americano se celebra el ‘día de los muertos’, un día marcado por la sátira. Aunque los días previos al 1 de noviembre se celebran distintos rituales para venerar a los fallecidos, en el día grande la fiesta, los mexicanos salen a la calle con coloridos atuendos como trajes de mariachi, vestidos indígenas y disfrazados de calaveras para desfilar por las calles.

Uno de los símbolos de esta fiesta es “La Catrina”, una figura creada por el caricaturista José Guadalupe Posada y que, con la imagen de una calavera vestida de forma elegante, se representa a la muerte.

Halloween, la fiesta que eclipsa al Día de Todos los Santos

La fiesta de Halloween (víspera de Todos los Santos en español) se celebra en la noche del 31 de octubre. Es una fiesta que cuenta con gran popularidad en Canadá, Estados Unidos, Irlanda o Reino Unido, pero que cada vez tiene más seguidores en España y Latinoamérica.

Aunque se celebra un día antes del 1 de noviembre, esta celebración tiene una gran vinculación con el Día de Todos los Santos y la conmemoración del Samhain, una festividad que sirve como celebración del fin de la temporada de cosechas en la cultura celta.

Desde 1840, Halloween está muy arraigada en la cultura estadounidense y canadiense, y en la actualidad, está fiesta está ensombreciendo otras más tradicionales. Los más pequeños –y los no tanto- se disfrazan con vestimentas de lo más terroríficas y recorren las casas pidiendo dulces con el archifamoso “truco o trato”.

Los dulces, los productos estrellas del 1 de noviembre

Una de las costumbres más tradicionales durante el Día de Todos los Santos es comer dulces. Son muchos los productos típicos con los que celebrar esta jornada, una gran variedad de postres con la que endulzar un día que, muchos consideran, triste.

Buñuelos de viento

Es el dulce por excelencia de este día. Consiste en una simple masa frita que puede estar rellena de crema, nata, chocolate, café o chantillí –crema de leche fresca muy utilizada en la repostería-. Cuenta la leyenda que cuando te comes un buñuelo de viento, un alma se salva del Purgatorio.

Huesos de Santo

Fabricados con masa de mazapán. Aunque por su nombre cualquiera lo diría, no tienen forma de hueso, sino que tienen forma de tubo de un dedo de grosor. Se les denomina así por su particular color una vez han sido cocinados: un color beige que se asemeja al de los huesos. Sus rellenos son tan variados como gustos hay, aunque los más típicos son los de chocolate o coco, aunque en los últimos años se pueden degustar rellenos de mermelada o plátano.

Panellets

Este dulce es típico de Cataluña, Aragón, Comunidad Valenciana e Islas Baleares. Una masa dulce hecha con azúcar, almendra cruda molida, huevo y ralladura de limón, que se cubre con clara de huevos y una capa de piñones. Existe una gran variedad de panellets, y pueden ser de coco, café, chocolate…

En otras zonas de España como Galicia, Asturias, Cantabria, Aragón, algunas provincias de Castilla y León y en la comarca extremeña de Las Hurdes se celebra –entre el Día de Todos los Santos y San Martin, el día 11 de noviembre- el magosto o castañada.

Una fiesta en la que la familia y amigos se reúnen para comer en el campo un producto que nunca debe faltar: las castañas. El origen de esta peculiar celebración es para recuperar la importancia de este fruto seco después de la generalización y popularización del maíz y las patatas.

www.20minutos.es