El preaviso de huelga, que ya ha sido registrado en la Dirección General de Trabajo, afectará A TODO EL PERSONAL VETERINARIO que ejerce su trabajo en cualquiera de los MATADEROS DE LA PROVINCIA DE PALENCIA, y se llevará a cabo a lo largo de los días 18 A 24 DE DICIEMBRE DE 2018
El constante oprobio al que está sometiendo al colectivo sanitario no asistencial la administración autonómica a través de su Consejería de la Presidencia, ninguneando la labor de todos los sanitarios, se hace si cabe más evidente en el caso de los Servicios Veterinarios Oficiales. Despreciando su dedicación incondicional a la Salud Pública, lleva años sin dotar de personal suficiente las labores de control oficial en los mataderos, y fundamentalmente a la inspección.
Un claro ejemplo de esta infradotación de personal inspector en los establecimientos industriales, lo constituyen los hechos ocurridos recientemente en un matadero de la provincia de Segovia (ver video) en el que un solo Veterinario tiene que controlar todo el proceso de la cadena de sacrificio, resultándole imposible estar vigilando a la vez todo el proceso preoperativo previo al sacrificio y a la vez el operativo en la sala de matanza y postoperativo en el laboratorio.
Dado que la Administración regional no tiene en cuenta el esfuerzo que los sanitarios dedican a la salvaguarda del bienestar animal, a la salud pública y a la seguridad alimentaria, trabajando en los mataderos en unas condiciones de explotación cercana a la esclavitud, con jornadas muy por encima del máximo regulado de 9 horas diarias, sin el preceptivo descanso de 12 horas entre turnos, con trabajo semanal superior en algunos casos a las 65 horas, muy por encima de las 48 h máximas legales, ha hecho que por enésima vez los representantes sindicales de USCAL nos hayamos reunido con los máximos responsables de la Consejería de Sanidad para trasladarles de nuevo la problemática de todo el colectivo sanitario no asistencial, haciendo en esta ocasión especial hincapié en la problemática existente en los 115 mataderos existentes en la Comunidad Autónoma de Castilla y León, en la que trabajan un número insuficiente de Veterinarios para garantizar la salubridad de la carne y los productos cárnicos que salen de los mismos. Todos los ratios por debajo de un mínimo de tres sanitarios en cada uno de los mataderos imposibilita cualquier garantía sanitaria de la producción, y lo más sangrante, obliga a los trabajadores a jornadas y horarios especiales que merman su capacidad inspectora y facilitan prácticas ilegales en los mismos.
Tras fracasar la negociación con la Administración regional de unas condiciones laborales adecuadas a la labor sanitaria que llevamos a cabo, USCAL comunicó al Secretario General de Sanidad y al propio Director General de Salud Pública su intención de continuar las huelgas sectoriales que comenzarán por todos los mataderos de la Comunidad de Castilla y León. En este sentido, ya se ha comunicado a la Dirección General de Trabajo y Prevención de Riesgos Laborales, el preaviso de huelga en todos los mataderos de la provincia de Palencia, que se extenderá entre los días 18 al 24 de diciembre.
La siguiente convocatoria de huelga se llevará a cabo en la provincia de Salamanca, que cuenta con la mayor dotación de mataderos de Castilla y León y en la que la industria cárnica representa uno de sus signos de identidad.
Todas las huelgas programadas por USCAL hasta la fecha (recordemos la general del 15 de noviembre con un seguimiento del 70,66%), se están llevando a cabo para vindicar un trato de igualdad entre todos los sanitarios de Castilla y León, que contemple el reconocimiento de las funciones de carácter sanitario que se desarrollan desde la cartera de servicios de Salud Pública del Sistema de Salud de Castilla y León.
En el caso de los mataderos, y otros servicios sanitarios de similares características, además se intenta conseguir que la Administración reconozca la turnicidad, la nocturnidad, la disponibilidad horaria y las jornadas y horarios especiales que llevamos cabo, y de una solución a la falta de flexibilidad que poseen otros colectivos de la administración, así como que dote a los mataderos de una plantilla que se ajuste a las necesidades reales para llevar a cabo un control oficial riguroso y ajustado a la normativa vigente, y siempre bajo la premisa de que ningún establecimiento de estas características cuente con una dotación menor a tres sanitarios en todos los turnos y a lo largo de toda la cadena de sacrificio.