El más barato ronda los 50.000 euros, pero la inversión extranjera los está encareciendo. A finales de 2018, la actriz Gwyneth Paltrow animaba a comprar O Muiñovedro, una pequeña aldea abandonada en Galicia cuyo precio rondaba los 150.000 euros. Finalmente, han sido unos holandeses quienes se han hecho con ella. Este es solo un ejemplo de un negocio que lleva años atrayendo a inversores que ven en estos pueblos abandonados en España una oportunidad, bien para su propio recreo, bien para reformarlos y ofrecerlos como destino turístico en el futuro.
La inversión extranjera parece la gran interesada en esta oferta. Desde Estados Unidos, México, Brasil, Rusia, países árabes… Vienen a comprar estos enclaves a España, y estos inversores son los que, según explica José Armando Rodil, de la inmobiliaria Aldeasabandonadas, los que están haciendo que su precio suba entre un 5 y un 10% en los últimos tiempos, una tendencia que se espera que siga al alza en este 2019.
Un buen ejemplo de las aldeas que pueden encontrarse a la venta hoy en día es Juntas de Miller, en Jaén, que lleva deshabitada desde la década de los 90. Cuenta con 26 casas y una iglesia y su precio es de 1.050.000 euros, según se podía ver en un reciente reportaje emitido por Telecinco.
Se calcula que en España existen en la actualidad más de 3.000 pueblos y aldeas abandonadas, sobre todo en Galicia, Castilla y León, Aragón y Asturias. Menos de la tercera parte de estos se encuentran en venta.
Desde Aldeas Abandonadas explican que el inversor es mayoritariamente extranjero, aunque el español ha subido en los últimos años hasta situarse en el 30% de los que ejecutan este tipo de compras, que suelen ir acompañadas de un importante esfuerzo económico de restauración que suele rondar los 500.000 y 600.000 euros.
El objetivo de los compradores es muy diverso. Desde emplear el enclave para su jubilación hasta rehabilitarlo con fines comerciales, ya sea como destino turístico o vendiendo algunas de las casas del lugar a otros inversores.
Un mercado que se encuentra al alza y cuyo precio se encarece entre un 5 y un 10% al año. Si el lugar más barato rondaba los 12.000 euros hace unos años, hoy es imposible encontrar un pueblo abandonado en España a la venta por menos de 50.000.