Como todos los años, por estas fechas más o menos, Antimio de Abajo se llena de fiesta para celebrar a su santo patrón, San Antón.
Y, como todos los años, el pueblo se mueve alrededor de hogueras, música, campeonatos, juegos y bailes para pasar unos días entrañables de buen humor, de diversión y de la religiosidad que impone el santo.
San Antón, sus fiestas este año desplazadas al fin de semana más cercano, ilumina al pueblo con ese aire de sonido y de luces. Esperemos que no nieve demasiado.
Todo empezará el viernes, día 18, recogiendo la leña a partir de las 18 horas, una leña que arderá un poco más tarde. Se necesitan braceros para transportarla así que no falte nadie. Se ruega vayan provistos de guantes porque el frio se hará notar.
Y a partir de las 11 de la noche, comenzará la música, que nos llevará hasta la media noche, en que alguien, aún no se ha decidido, encenderá la hoguera. A ver quien aguanta más.
El sábado, día 19, no hace falta madrugar mucho. A la 1 se celebrará la misa en honor al santo patrón, San Antón, y se venderán los tradicionales bollos para alimento sagrado de los animales, y de los que se tienen por no animales que también podrán probarlos.
A las dos de la tarde, si el tiempo lo permite, empezará el baile vermouth. Se avisa que no es imprescindible tomar vermouth a esas horas. Se puede tomar café, cerveza, coca-cola y similares. Al que le guste el vermouth ese que se lo tome, pero el pueblo no obliga a nadie, que conste.
Ya por la tarde, a partir de las 5, el campeonato de tute y a las 5 y media los juegos infantiles. Se avisa a los padres que los organizadores no se hacen responsable de que los niños cojan catarros. Que cada padre se encargue de que su niño/a va bien abrigado.
Y por la noche, un cantante de eurovisión, “El probemiguel” intentará cantar y amenizar la fiesta para que todos puedan bailar (o intentarlo al menos) al son de su música.
Más tarde, hacia las 2 y media de la madrugada, que ya el cantante se habrá tenido que ir a dormir, le sustituirá la discomóvil Guille y Jose. Estará, si el cuerpo aguanta, hasta que salga el sol. Recemos porque salga y no haya niebla ese día.
Y para el domingo, día 20, si es que alguien ha aguantado hasta entonces, habrá una misa a las 10 y media (se ruega un pequeño madrugón que hay que rezar para que el año venga bueno).
A las 12, a comer callos a las bodegas (que cada uno lleve los suyos y el vino correspondiente).
Los que hayan quedado para la final del tute, que descansen un poco después de comer, ya que a las 5 tendrán que disputar la final del campeonato. Grandes y copiosos premios les esperan.
No habrá casi prórrogas en las partidas, porque a las 6 de la tarde se rifa, en el bar, la pava (el que la gane estará obligado a cuidarla y mantenerla hasta el año que viene en que se volverá a sortear, dado que estaremos vigilados por la sociedad protectora de animales que impedirá que la gente se la coma).
Y, para finalizar, a las 9 de la noche, otra vez baile, hasta que no quede nadie.
Se ruega no aparcar en la plaza, no escupir en el suelo, no pegarse unos con otros, no emborracharse demasiado si después hay que conducir, no tirar chicles ni pipas en la calle, no cantar si no se sabe y demás cosas (se repartirá un libro con las advertencias al principio de las fiestas).
A divertirse toca, amigos. Pásenlo bien. El pueblo se lo agradecerá.
Angel Lorenzana Alonso