Puede que entre aquellas partituras, / el viento quisiera darle alas a la vida. / ¡Querrá dejarlo ya! Esto es denunciable. / No se puede soportar, mujer tenía que ser. /¿Una mujer con trompeta? / ¿Es que no tiene otra cosa mejor que hacer? /Debería copiar de ti, una mujer de tu casa, / dedicada a tus labores y a mí, como ha de ser. /Aquel gusano no sabía que ella, / pasaba muchos ratos con su vecina, / enseñándola solfeo, lo había estudiado, / y ahora le servía para motivar / a la futura trompetista / también para darle, / alguna alegría a su alma. / En cuanto el gusano se iba de casa, / ella sacaba sus alas del cajón / de las pérdidas y saltaba alocada / por el descansillo de la escalera / para acudir al hogar de su vecina. / Venga, vamos: ¡A la partitura! / Aquel reducto de calma y vida, / le había salvado de la caída. / Su vecina era el único puente /entre el infierno y el oxígeno. / Hubo suerte. ¡Sí hubo suerte, / digámoslo en voz alta y clara! / Gusano al fin murió, / y aquella crisálida, que tanto dolor supuraba, / pudo formar parte de la banda, / a la que su vecina pertenecía. / Gracias a la música, / mujer volvió a la vida.
El párrafo anterior quiere ser una entrañable ovación a la actuación de la banda municipal “Sones del Órbigo” que el sábado pasado llevaron a cabo un conciertazo. Dedicado al Día Internacional de la Mujer, en el que estuvieron presentes tres directoras de orquesta que lo dieron todo. Pachi Vélez, Lara González e Isabel Mª Rubio fueron las encargadas de la batuta y desde luego lo hicieron magistralmente.
Dedicarle también a David Rivas, el compositor de toda la música que se escuchó en tan feliz velada, un fuerte abrazo por su maestría y entrega.
No podía faltar otro fuerte abrazo a Ángeles Arias, actriz, que hizo una espectacular lectura poética de “Historia de una dama”
Mordida existencial: Sin lugar a dudas una querida, afectiva y enorme mordida para nuestra banda municipal “Sones del Órbigo” y a su director que consiguen que en cada concierto suba la adrenalina y nos sintamos orgullosos de lo que nuestros vecinos han conseguido. Siempre me gusta recordarlo, en esta banda algunas personas, ya entraditas en años y sin idea de solfeo, están haciendo maravillas con sus instrumentos y consiguen emocionarnos cada vez que les escuchamos. También es de resaltar la cantidad de jóvenes y menores que tienen en la banda un lugar donde saberse personas útiles, un lugar donde aprender a tener buenas y sanas rutinas, un lugar en fin, donde aprender a ser y a dar vida.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.