Investigadores de las universidades de Cantabria y Salamanca hallan evidencias de pequeñas prospecciones anteriores a las grandes labores mineras del valle del Eria y La Valduerna

José Pichel Andrés/DICYT Una investigación realizada por geólogos e historiadores de las universidades de Cantabria y Salamanca sugiere que la explotación del oro en el suroeste de la provincia de León por parte de los romanos comenzó en el valle del Jamuz, y más tarde se desplazó a las zonas montañosas próximas en los valles del Eria y La Valduerna. La información que aportan ahora los sistemas de teledetección y los estudios geológicos permite deducir que todo comenzó con pequeñas y erráticas prospecciones en torno al río Jamuz, de las que aún se conservan huellas sobre el terreno.

“Los datos relacionados con el poblamiento de la zona nos hacían pensar que la explotación minera había comenzado en La Valduerna para luego extenderse a las montañas, y ahora parece no ser así”, explica a DiCYT Javier Fernández Lozano, investigador del Departamento de Ciencias de la Tierra y Física de la Materia Condensada de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Cantabria.

Gracias a la tecnología láser denominada LiDAR (Light Detection and Ranging), que permite cartografiar el terreno desde el aire, los científicos pudieron identificar nuevas zonas con indicios de haber formado parte de una explotación minera. “Después lo confirmamos mediante bateas en las que salió oro y a través de estudios geomorfológicos del terreno que corroboran la existencia de explotaciones pequeñas y dispersas”, explica. Toda esta nueva información se recopila en un artículo publicado recientemente en la revista internacional Journal of Archaeological Science: Reports.

Desde el punto de vista geológico, la clave de la investigación está en los depósitos de raña, un conglomerado de sedimentos rojizos en los que se deposita el oro. La dificultad para llevar el agua hacia las explotaciones hace que en estas zonas el sistema de extracción del oro sea muy diferente a la de otros lugares. “Se surtían de grandes estanques que se rellenan con agua de lluvia y manantiales, así que la explotación es estacional, a diferencia de lo que ocurre en las zonas de montaña, donde disponen de agua procedente de los ríos, a partir de la cual se montan infraestructuras más complejas”, señala el experto.

En el valle del Jamuz la obtención del preciado mineral es escasa (32 miligramos por metro cúbico) y tiene un carácter local, así que todo hace pensar que, tras encontrar oro en pequeñas cantidades en esta zona baja, los romanos fueron remontando río arriba en busca de zonas más rentables para su explotación, próximas a las montañas del Teleno.

Un valle agrandado artificialmente

Tanto en el valle de La Valduerna como en el valle del Eria se encuentran con facilidad restos de grandes explotaciones, pero no así en el valle del Jamuz, donde sólo se registraron pequeñas prospecciones. No obstante, tras identificarla como zona minera, los investigadores han podido constatar que las huellas de la búsqueda del oro aún están presentes, mediante la elaboración de un estudio geomorfológico del terreno. “Al observar el relieve de la zona vemos que el río ha sido modificado por el ser humano y que el valle está ensanchado, no como resultado de un proceso erosivo, sino antrópicamente”, destaca Fernández Lozano.

La información arqueológica y documental disponible hasta el momento no era suficiente para extraer este tipo de conclusiones, pero ahora los historiadores pueden unir todas las piezas y disponer de más datos sobre la época. La datación tiberiana de algunos yacimientos mineros de La Valduerna, que marcarían el inicio a gran escala de las explotaciones mineras en la zona, permite plantear la posibilidad de que los primeros trabajos de prospección aurífera hubieran tenido lugar en el cercano valle del Jamuz, bajo el gobierno del emperador Augusto. Este mismo sistema de explotación sobre rañas (mediante el embalsado de agua) ya había sido utilizado por los romanos en regiones más meridionales de la península ibérica.

Referencia bibliográfica 

 Gold-bearing Plio-Quaternary deposits: Insights from airborne LiDAR technology into the landscape evolution during the early Roman mining works in north-west Spain. J.Fernández-Lozano, J.J.Palao-Vicente, J.A.Blanco-Sánchez, G.Gutiérrez-Alonso, J.Remondo, J.Bonachea, M.Morellón, A.González-Díez. Journal of Archaeological Science: Reports. Volume 24, April 2019, Pages 843-855. https://doi.org/10.1016/j.jasrep.2019.03.001