Fotografía: Cuando salí de mi patria, / hice una fotografía, / y la guardé en mi pecho, / que nadie la destruya, / Sus colores son tan fuertes, / y tienen tanta energía, / que atraviesan mi costado, / para ayudar al sol saliente, / y dar más claridad, / a todos los nuevos días. / Esta foto es un tesoro, / que tengo yo escondido; / es el mapa de mi patria, / envuelta con la bandera, / que está bien protegida, / que no se descolore, / y nadie me la destruya.
-¿Te ha gustado mami? Interroga Ghada a Hala.
-Me recuerda mucho a nosotros. Nuestra tierra cubierta de sangre, allí quedaron muchos seres queridos, perdidos en una lucha inútil, como lo son todas las luchas. Es tan triste estar fuera de tus raíces. Ghada se acerca a su madre y la abraza.
– Aquí no estamos mal, nos han acogido, tenemos trabajo, mi hermano y yo, estamos estudiando, en una palabra, hemos encontrado un hogar.
– Tienes razón, para vosotros es más fácil. Cuando tuvimos que salir de nuestro país, no erais totalmente conscientes del dolor que eso supone, a edades tempranas todo es distinto, pero para tu padre y para mí, nuestras raíces siguen allí.
– Escucha este poema titulado “La tela”: Para Poldo de Felisa, / por tu amor me convierto / en poetisa. / La tela quisiera ser / de la funda de tu almohada, / para más acariciar / la hermosura de tu cara.
– ¡Qué hermoso! Éste se lo voy a leer a tu padre.
Mordida existencial: Estos dos poemas: “Fotografía” y “La tela”, pertenecen al poemario “Vivencias de una emigrante”, de la “Editorial Lapicero ediciones”. Su autora es Felisa Fuertes Brusca y…, ¿quién es esta mujer? Es una poeta que con setenta y ocho años recita de memoria sus poemas. Es una gloria escucharla y aprender de ella. Su energía se contagia y te envuelve en sus palabras. Siempre llena de versos que reparte con alegría y humildad. Es una de esas mujeres que demuestra con su actitud y su sabiduría que el corazón no tiene edad, que el cerebro es un aliado del tiempo si sabes adaptarte, quizá el haber sido emigrante le haya dado alas para buscar en su propia existencia la alegría de vivir. Tengo en mis manos uno de sus sueños hecho realidad. Ese sueño no es otro que su poemario publicado el año pasado. Nunca es tarde para alcanzar un sueño, lo importante es vivir y luchar por él, porque la edad, al contrario de ser un óbice, debería ser el mejor motor para conseguirlo.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.