Cada día que pasa “la cosecha se va de entre las manos” y la puntilla la dará este fin de semana de nuevo con temperaturas elevadas y sin expectativas de lluvia a corto plazo. Las previsiones de buena campaña de hace un mes se han truncado definitivamente y ahora lo que tocas evaluar, según pasen las próximas semanas, es el porcentaje de daño. En todo caso, ASAJA considera que ya con la situación actual la cosecha de cereales de invierno en secano tendrá rendimientos medios inferiores a los 1.800 kilos por hectárea, lo que representa producir a pérdidas, ya que el valor de los primeros 3.000 kilos por hectárea es para cubrir los gastos.
Ante esta situación, que de nuevo recuerda la vivida en la campaña 2017, tan sólo el 41 por ciento de la superficie de cultivo está asegurada frente a daños integrales, y en concreto contra el daño por sequía, aunque es cierto que el grado de aseguramiento es mayor entre el colectivo de profesionales que viven exclusivamente del campo. La provincia de León tiene declarada una superficie de 97.700 hectáreas de distintos cultivos herbáceos en secano, destacando el cereal de invierno con 71.000 hectáreas, el girasol con 8.600 hectáreas, 4.900 hectáreas de alfalfa, 700 de proteaginosas, 800 de legumbres, 1.400 de colza y 10.300 de vezas.
A mediados del mes de junio se reunirá la Comisión Provincial de Estadística Agraria de la Junta de Castilla y León, de la que forman parte las organizaciones profesionales agrarias, y será en ese momento cuando se den unos datos ya más aproximados de los daños reales de la cosecha.
Ante problemas de sequía como el actual, que por desgracia se están convirtiendo en habituales, ASAJA exige que se desarrollen los nuevos regadíos de la provincia vinculados al embalse de Riaño – que llevan retrasos de décadas-, que se apoye en mayor medida el seguro agrario y se modifiquen determinadas condiciones técnicas que ahora hacen que sea poco atractivo, y que se avance en las reconcentraciones parcelarias de estas zonas con el fin de aumentar la productividad.