Hay personas infectadas en la mayoría de los países por lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha declarado la situación de pandemia. Se ha constatado que en torno al 80% de las personas infectadas, tienen síntomas leves. Y que menos de un 5% va a presentar problemas graves.
En la década de los 60 se descubrió una familia de coronavirus de origen probablemente animal (virus zoonotico), cuyo reservorio parecen ser los murciélagos; la mayor parte de estos virus no son peligrosos y suelen producir en los seres humanos, resfriados comunes.
Fue a finales de diciembre de 2019 cuando se notificaron los primeros casos del nuevo coronavirus-COVID-19-: en la ciudad de Wuhan (China).Su rápida extensión y la gravedad de las neumonías que produce hizo que la O.M.S declarara la situación de pandemia. En España se registró el primer paciente el pasado 31 de enero. Desde entonces, el número de contagios ha aumentado progresivamente.
Se puede contraer el COVID-19 por contacto con personas que estén infectadas, a través de pequeñas gotas procedentes de la nariz o la boca al toser, estornudar o hablar. El período de incubación -tiempo que transcurre entre la infección por el virus y la aparición de los síntomas de la enfermedad- oscila entre 1 y 14 días, y en general se sitúan en torno a cinco días.
Los síntomas principales de las infecciones por coronavirus son: tos, dolor de garganta, fiebre, dificultad para respirar (disnea), dolor de cabeza, escalofríos y malestar general. Los síntomas más graves (y la mayor mortalidad) se registra tanto en personas mayores como en aquellas con inmunodepresión, cardiopatías, diabetes o cáncer.
Hasta la fecha no se dispone de vacuna, tampoco de tratamiento específico para combatir la infección. Por eso tienen tanta importancia las actividades preventivas: lavarse las manos con frecuencia con un desinfectante a base de alcohol o con agua y jabón, evitar el contacto con personas infectadas, protegiendo especialmente ojos, nariz y boca. Evitando tocarnos la cara. Mantener una distancia mínima de un metro con cualquier persona presente o no síntomas de infección respiratoria.
A las personas infectadas (o que crean que pueden estarlo) se les aconseja el uso de mascarillas y pañuelos para cubrirse la nariz y la boca cuando tosan o estornuden.
No se sabe con certeza cuánto tiempo sobrevive el virus causante de la COVID-19 en una superficie. Los estudios realizados indican que pueden subsistir desde unas pocas horas hasta varios días. Dependiendo del tipo de superficie, la temperatura o la humedad del ambiente.
Desde que se conoció el primer caso- (finales de diciembre de 2019)- hasta hoy, se han notificado en nuestro país 11.178 casos, de los que 491 han fallecido y 530 han sido dados de alta. (Según fuentes del Ministerio de Sanidad y Consejerías Autonómicas).
En consecuencia, España entra en el “Estado de Alarma” por el coronavirus Covid-19. Así lo ha declarado el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, el pasado sábado día 14 de marzo. Una alarma sanitaria y también un grave problema económico, al que se tratara de poner remedio con medidas estructurales y también con importantes apoyos económicos.
Mucho es lo que nos está quitado este virus con corona: la tranquilidad, el sosiego, la salud, nuestras costumbres, el ocio en el que disfrutábamos de la música o del deporte, de los amigos. Muchas pérdidas. Pero también es importante conocer lo que nos ha enseñado este nuevo germen infeccioso: el valor de la higiene, pues un acto tan sencillo como lavarnos las manos, limpiar el ordenador o las manillas de las puertas, puede prevenir el contagio. También nos ha enseñado el alcance de la solidaridad, de estar unidos y respetar las normas que son de todos y para todos.
Y por encima de cualquier otra consideración, el valor de las cosas pequeñas que van haciendo de nuestra vida una sucesión de momentos felices. Todo lo que tenemos y a lo que a veces no damos importancia por las prisas, el trabajo o las múltiples ocupaciones. Es el momento de recuperarlos, de disfrutar de los viajes que un libro puede proporcionarnos, de la música o simplemente del descanso. Porque en muchas ocasiones los cambios, aunque sean forzados, son una oportunidad para recuperar aquello que merece la pena y demostrar, que con unidad, responsabilidad y disciplina social, lograremos vencer esta pandemia y hacerlo sin demasiados efectos lesivos.
Victorina Alonso Fernández. Médico de Atención Primaria.