Por la ventana entraba un haz de luz lleno de vida. En el salón donde normalmente jugaban a las cartas, hacían teatro, tenían conferencias o se llevaba a cabo cualquier actividad de la residencia, se había improvisado la redacción de un periódico. La directora de la residencia se lo había propuesto a varios residentes. El motivo era darles entretenimiento, ya que ahora, con el confinamiento por el estado de alerta, los habitantes de la residencia no podían recibir visitas de sus familiares. La idea parecía estar dando unos resultados excelentes.
-Creo que para la editorial, sería muy interesante publicar el artículo de Romualdo, luego en las páginas del centro podríamos editar el escrito de la nieta de Romualdo, marca unas pautas muy buenas de comportamiento en épocas como la que estamos viviendo, ya sabes que ella es sicóloga.
-Está bien Rosa, creo que se puede ir maquetando tal y como dices. Una sugerencia, yo pondría el poema de Remigio en la última página, es muy bueno. Le vendrá muy bien que se lo publiquemos, ya sabes que siempre anda con la moral por los suelos.
Tanto Rosa, la compañera de cartas de Romualdo y Remigio, como Antonio, los dos responsables principales de la editorial, se pusieron manos a la obra, poco a poco fueron llegando los demás.
Mordida existencial: Vaya la mordida de este escrito para los medios de comunicación, pero se me permitirá, hacer hincapié, en la importancia que tiene, hoy más que nunca, la prensa de interior, es decir, la de raíz, la cercana a la rutina, la que nos cuenta cosas de nuestra ciudad, de nuestro pueblo, de nuestro entorno, la que conoce el pulso del devenir ciudadano en las zonas rurales o en las ciudades pequeñas. Ante una pandemia tan imprevisible, como la que se nos ha venido encima, lo que de verdad queremos saber, es qué pasa tres calles más allá de la nuestra.
Por eso hoy quiero agradecer al Faro Astorgano, al digital León7días, a La Gaceta de Castilla y León (único periódico exclusivamente de mayores para mayores de la comunidad) y a todos los que hacen llegar sus palabras a los rincones más pequeños, esa enorme labor y el esfuerzo por mantenerse al pie del cañón. ¡Muchas gracias por vuestro trabajo!
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo