El grupo municipal de UPL en el Ayuntamiento de León reclama al equipo de gobierno del PSOE que negocie con las empresas suministradoras de servicios por cable el progresivo soterramiento de todos los tendidos aéreos que aún se mantienen en la ciudad con el fin de evitar peligros para los ciudadanos y transmitir una imagen de ciudad moderna y vanguardista, propia del siglo XXI.
León sufre una delicada situación económica desde hace años, agravada en los últimos meses por la crisis sanitaria de la Covid-19. Uno de los principales recursos económicos con los que cuenta es el turismo de interior. Llevamos años intentando aumentar el número de pernoctaciones que realizan quienes nos visitan. Es lógico pensar que los turistas se sientan más cómodos y les incite a quedarse algún tiempo más, si les presentamos una ciudad pulcra y sostenible, no solo a ras de suelo sino también en el espacio aéreo. León presenta un paisaje visualmente contaminado por numerosos cables que atraviesan sus calles, con especial incidencia en el Casco Antiguo y en las zonas monumentales de la ciudad, pero no solo en ellas. Estos tendidos, sostenidos por postes o sobre las fachadas de las viviendas, nos recuerdan ciudades de otro siglo e impactan negativamente en la imagen de la ciudad.
La limpieza del espacio visual para el visitante y para los propios ciudadanos resulta esencial, ya que los que vienen de fuera se sentirán cautivados en una ciudad estéticamente cuidada y será motivo de orgullo colectivo para los que en ella vivimos que nos animará a tratarla con mimo.
La Semana Santa de León, designada fiesta de Interés Turístico Internacional, atrae miles de visitantes. Es un revulsivo económico para la ciudad. Los leoneses estamos acostumbrados a ver a los papones a hacer equilibrios con los pasos para sortear los abundantes cables aéreos que cruzan de vivienda a vivienda. Esto, que a los autóctonos nos parece una demostración de pericia, fija la mirada de los visitantes en esos haces de cables que tanto afean nuestra urbe y que le dan un tinte desfasado y de abandono. Debemos ir poco a poco eliminando estos feísmos, si queremos construir una ciudad moderna que mire hacia un futuro de progreso. Lo mismo sucede cuando desfilan los Pendones.
El Camino de Santiago, Patrimonio de la Humanidad, que todos los años recorren unos 90.000 peregrinos de 103 países diferentes, atraviesa la ciudad de este a oeste. Los caminantes realizan la entrada por Puerta Moneda, la calle Herreros y la Rúa. Estas tres vías son un claro ejemplo de lo que no debe encontrar un peregrino a su llegada a la ciudad.
El soterramiento de cables se realizó hace ya años en otras ciudades similares como Burgos, que no autoriza un solo cable aéreo; en muchos pueblos de carácter monumental y en numerosas ciudades de marcado carácter turístico como Málaga o Motril se han empleado en su invisibilización.
Es inaplazable que León aborde el soterramiento de los cables tendidos por todo su callejero.