
Estaban los tres contentos como colegiales, iban a visitar a Rosalina para conocer su obra de artista.
-¿Y si es una artista de obra abstracta y no entendemos muy bien lo que representa en sus lienzos? Apuntó Rosa.
-Eso mismo he pensado yo hace un rato. ¿Qué le diríamos si no entendemos sus cuadros? Dijo Remigio.
-Perdonar que os llama tontos a los dos. Un artista sabe que lo que hace, no le va a gustar a todo el mundo, pero acepta de buen grado una crítica constructiva. A todos nos gusta que nos halaguen, pero por ejemplo, a mi no me gusta mucho la corbata que se ha puesto hoy Remigio, pero no creo que eso importe tanto. ¿Te la has puesto porque a ti te gusta verdad? Pues perfecto.
Rosa y Remigio se miraron con gesto de: “Habló el sabio”
– No seáis zoquetes, con perdón. Si los cuadros de Rosalina son abstractos o no, no tiene importancia, puede que os gusten mucho más de lo que pensáis aunque no los entendáis. A mi también me gusta más el realismo, pero hay obras que no son realistas, que nos sorprenden y también nos remueven algo en la mirada y en el interior.
– Me siento un poco mejor. Espero que si no entendemos, tú como experto, seas el primero en hablar si, cuando nos muestre su obra, no es realista.
Rosalina recibió a los tres en el hall de la entrada de la residencia.
-Estoy un poquito nerviosa, la verdad. Me pasa cuando enseño mi obra por primera vez a alguien. Y por favor, no tengáis ningún reparo en preguntarme o en decirme lo que queráis. Caminaron los cuatro hasta el salón.
-Tengo preparada una pequeña sorpresa. Les dijo mostrando, tres óleos que estaban un poco apartados del resto.
Los tres se quedaron sin palabras. Había retratado a cada uno con una perfección absoluta.
– Es un regalo. Podéis quedaros cada uno con el vuestro, si queréis claro está.
Mordida existencial: Las buenas sorpresas de la vida, son regalos para los sentimientos. Hay muchos pequeños regalos que nos pueden hacer felices. También en cada uno de nosotros, si buscamos y rebuscamos, hay regalos que ofrecer al otro.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo