– A mí de siempre me ha intrigado mucho más, de dónde vengo que a dónde voy. Pero a estas alturas de la vida, pues tampoco quiero marearme la cabeza con preguntas que no voy a ser capaz de contestar. Dijo Rosalina.
En esta conversación andaban Rosa, Remigio, Romualdo y Rosalina. Rosalina, había conseguido, después de una espera considerable, mudarse a la residencia de sus tres amigos. Además la suerte les había sonreído, sobre todo a Rosa y a Rosalina, ya que ambas podían compartir habitación.
Rosalina, había vivido muy bien en su antigua residencia, hasta que se le cruzó Rosa en el camino, por eso, no había querido llevarse ningún cuadro de los que tenían expuestos en el salón de actos.
-Ya pintaré más para mi nuevo lugar de destino. Le había contestado al director de la residencia en donde había pasado sus últimos años.
Y en esas se encontraban, cuando he iniciado este texto. Los cuatro amigos, andaban divagando sobre la existencia, el más allá, el más acá…
-¡Cuánto daría yo por poder arrancar de cuajo etapas oscuras, tristes, humillantes y dolorosas de mi pasado! Eso es lo que más me duele. Ni de dónde vengo, ni hacia dónde voy, lo peor es el abrupto camino espinoso que les hice recorrer a mis dos seres más queridos, mi madre y la mujer que soportó tantas adversidades junto a mí. ¡Cuántas veces le pedí a Dios que me sacara de la oscuridad! Dijo Remigio que no era capaz de deshacerse de aquel saco de oscuros y tristes días pasados.
– Pues yo estoy de acuerdo con Rosalina. No tiene gran importancia hacia dónde vamos, creo o deseo, no lo sé muy bien, que hacia la nada, ya que considero que la nada es el total y absoluto descanso eterno. Pero si me tuvo un poco enredado, en otros tiempos, ahora ya no, de dónde venimos. Comentó Romualdo.
-Pues yo creo que lo mejor sería eso, una vez que hemos cumplido el destino en el presente, entrar en la nada, si señor. Pero si nos ponemos filosóficos, cabría preguntarse ¿qué es la nada? ¿Lo contrario de todo? ¿El reverso de todo? Y… ¿Dónde se puede hallar y medir el todo? Se explayó Rosa.
Mordida existencial: ¡Cómo están hoy los personajes! Supongo que intentan buscarse las respuestas para vivir y dejar vivir sin estorbar, sin prepotencia. Me encanta que filosofen a suelo raso, eso sí, pero que no se olviden la mascarilla.
Manuela Bodas Puente – Veguellina de Órbigo.