El español arrasa a Djokovic en la final en tres sets y 2 horas y 41 minutos.
Rafa Nadal hizo historia una vez más tras proclamarse campeón de Roland Garros por decimotercera vez. El de Manacor agrandó su leyenda al firmar una final épica ante Novak Djokovic, a quien arrasó en tres sets (6-0, 6-2 y 7-5) con una auténtica exhibición de tenis.
El español no se anduvo con chiquitas. Rompió el saque al número 1 del mundo en el juego inaugural y fue minando la moral del rival con un break tras otro. Djokovic terminó desesperado cuando Nadal cerró la manga con un 6-0 que dejó tocado al serbio.
Con el segundo set llegó el primer amago de reacción del serbio, pero el balear le cortó las alas con dos roturas seguidas y puso el 5-1 mostrando una superioridad abrumadora, tanto en el apartado tenístico como en el mental. Djokovic no se vino abajo, pero tampoco tuvo opción de remontar y, para cuando se dio cuenta, iba dos sets abajo.
Eso sí, el número 1 del mundo no había dicho la última palabra y dio un paso al frente en los juegos siguientes, especialmente cuando Nadal le rompió el saque en el quinto juego. Firmó un contra-break y logró transmitir una mejoría notable.
El español no se sintió intimidado y sostuvo la reacción de Djokovic con la solvencia que había mostrado en todo el encuentro y asestó el golpe casi definitivo en el decimoprimer juego: rompió el saque y dejó hundido a Djokovic para apuntarse su 20º Grand Slam.