Estos días de ánimas, andan animados en el Páramo Leones en recuperar costumbres y tradiciones del más allá, o del más acá, según se mire. Esta “esencia” común en muchos territorios e inherente a las emociones humanas, de teatralizar la existencia de la mayor evidencia de la vida que es la muerte también en el Páramo tiene sus matices particulares.
Antes de que llegara el «Halloween americanizado» como lo conocemos ahora. En el Páramo Leonés existía la costumbre por el mes de Noviembre, con motivo de estas primeras festividades de todos los santos, de hacer calaveras de remolacha azucarera y colocarlas en lugares oscuros, para impresionar de sensaciones el estado emocional de las gentes y sobre todo conectar con el vinculo de la vida. Estas calaveras solían hacerse en la edad adolescente y a veces con la complicidad de algún adulto socarrón, como iniciación a ese desafío de tratar los temas místicos, y valga la paradoja de asustar a los que en su día de jóvenes también hicieron esas gestas y pasaron por esa etapa de la vida con los mismos ritos.
Esta tradición paramesa tiene componentes comunes con costumbres de territorios cercanos como La Santa Compaña o Procesión de Ánimas, La Güesti, Samaín, ..etc, pero tiene un componente autóctono que es la remolacha azucarera producto muy común en el páramo leones y en especial en estas fechas ya que es la época de su recolección.
Hay TESTIMONIOS DIRECTOS desde personas que cuentan ahora con ochenta años, que manifiestan que en su juventud hacían y colocaban estas calaveras de remolacha azucarera en lugares sugerentes, calles oscuras, cementerios, soportales de iglesias a la salida del Rosario, e incluso en los campanarios, o llamando en las casas de algunos vecinos y enseguida escondiéndose y dejando la calavera como si tal ánima bendita hubiera golpeado el badajo de la puerta. Y más modernamente en las entradas y salidas de los pueblos para hacer parar a los coches.
En San Pedro de las Dueñas del Páramo esta costumbre se alargaba durante los primeros días de noviembre y en especial durante la novena de la primera semana que se celebraba en honor a los difuntos. Al salir de estas celebraciones religiosas diarias era habitual encontrase con estas calaveras colocadas en los lugares indicados anteriormente para sorpresa y susto de los feligreses.
Los colectivos “Comarca el Páramo Leones” (https://www.facebook.com/ElParamoLeones), “PARAMI TIERRA” (https://www.facebook.com/hector.rebollo/posts/10223778091628202), y así como en San Pedro de las Dueñas del Páramo (https://www.facebook.com/permalink.php?story_fbid=689306985341867&id=330679524537950) están promocionando esta tradición paramesa que ha tenido sus replicas estos días en varios pueblos de la comarca, Santa María del Páramo, Urdiales del Páramo, Bercianos del Páramo,…etc.
Con la recuperación de esta costumbre el Páramo Leones quiere significarse ante la globalización del Halloween Yanki.
Con esta actividad se inicia en el páramo el ciclo de aquellas costumbres y ritos invernales. Pasados estos actos de ánimas en noviembre también comenzaban en San Pedro de las Dueñas los “bandos” a preparar el Ramo de Navidad. Los Bandos podía haber varios en un pueblo, se trataba de grupos de mozas normalmente amigas o por franjas de edad lo que llamamos “quintas”, se reunían en una casa, y tanto ensayaban las entonaciones del canto del Ramo para la Misa de Gallo como preparaban las decoraciones que iban a colgar, todo esto en secreto para sorprender y rivalizar sanamente con los otros bandos.
Fermín Ferrero Ferrero.
Trabajo de Campo.
San Pedro de las Dueñas del Páramo.