De la larga afición cinéfila mantenida, traemos el recuerdo, después de los pases por aquellos escarceos juveniles y los posteriores pases de los cine clubs, que fueron embriones de lugares pre-democráticos de los debates, de toda una serie de situaciones más o menos dialogantes y , a veces, hasta  controvertidas, donde las imágenes de una determinada película daban paso mediato a la confrontación cívica dialéctica, donde desde distintos enfoques y encuadres de observación, con el posicionamiento de las diversas posturas, en las vivencias públicas observables  de las diferencias de criterio y el, por otra parte, alambicado planteamiento expositivo, entendimiento de las intencionalidades y hasta filtrado discernimiento de las intervenciones, dada la imperante época política y/o social de aquel entonces -.- aquello que algunos irónicamente motejaron como “los cuarenta años de vacaciones”-.-, aún en la controversia menos afín de las manifestaciones, tanto de las propias como de las ajenas, terminaba en una especie de reconocimiento, puede que expreso y casi siempre tácito, hacia y con los demás.

Parece que los movimientos familiares del escritor escoces Robert Louis Balfour Stevenson (defensor que fue del Padre Damián), le llevó  en el verano del año 1881 a la población de Bremar (en un ambiente gaélico junto al río Dee), ubicada en las llamadas tierras Altas Escocesas, donde en compañía de su familia, su mujer Frances Fanny Matilda Van de Grift Osbourne Stevenson y sus cinco hijos, pasaba las vacaciones del estío en la posible apacibilidad de una casita de campo.

En tal ambiente parece datado que  Stevenson escribió los quince primeros capítulos de  “La Isla del Tesoro”, dentro de una dinámica, en divertimento familiar, de dirigida cooperación  plural, que lleva a uno de sus hijos, de doce años, al dibujo de una solitaria isla sobre la que se va argumentando toda una trama novelesca. La obra, con diversas vicisitudes fue publicada por fascículos que, al principio, parece que no tuvieron especial aceptación, pero que cuando salió la publicación en formato de libro (en cinco partes con treinta  y cuatro capítulos) alcanzó un extraordinario éxito. “La Isla del Tesoro” ha dado mucho juego proyectivo y en diversos formatos y soportes comunicacionales, de ella se destacan tanto el intríngulis de su trama, como una cierta visión moralizante y a la vez una conformación crítica sobre la ambición humana.

Una de esas expresiones de la escenificación proyectiva de «La Isla del Tesoro» ha sido en el cine. Su primera versión, del año 1950, en una producción británica, de Walt Disney, dirigida por Byron Haskin, e interpretada por Bobby Driscoll, Robert Newton, Basil Sydney, Walter Fitzgerald, Denis O’Dea, Finlay Currie, Ralph Truman, Geoffrey Keen, Geoffrey Wilkinson, John Laurie, Francis De Wolff, David Davies, John Gregson, Andrew Blackett. Con guión de Lawrence Edward Watkin ( basado en la novela de Robert Louis Stevenson), con música de Clifton Parker y fotografía de Freddie Young. La duración del metraje es de 96 minutos.

En la interpretación destacan sobremanera tanto Bobby Driscoll como ‘el malo’ Robert Newton, y el loro («El loro de Silver») que, en  nuestra primera visualización, en nuestros tiempos casi infantiles, nos dejó prendados.

Resultó que » La Isla del Tesoro» fue la película que volvimos a ver, emitida por TVE, en lo que fue aquella tarde/noche/mañana qué camino entre las datas de la fecha del día 23-2-1981 y 24-2-1981, en aquella espera, puede que larga espera, que se efectuó para poder emitir la grabación hecha por el equipo del ciudadano Erquicia López de Montenegro (D. Pedro), en el Palacio de La Zarzuela a S.M. D. Juan Carlos I Rey de España y Jefe del Estado, y que, a la 1’20 de la madrugada del día 24-2-1981, pudimos contemplar los preocupados espectadores de toda España.

Ya no estábamos en los tiempos infantiles y si, y por el contrario, en el compromiso familiar, profesional y cívico con nuestros allegados, convecinos y colegas, y en aquel entonces del preciso momento de la hora 1’20 de la madrugada del día 24’F, con salvedad e independencia de que las cosas se investiguen y aclaren en todos y cada uno de sus recovecos y detalles, de la índole que sean y de todas las instancias donde se pudieran albergar, ciertamente sentimos «el momento constitucional» en el que estábamos viviendo, tras el participado camino vivido de tres años, por todos los ciudadanos españoles, en sus quince regiones constitucionales, en aras de la convivencia democrática.

Ninguna de las intenciones/intrigas/ desafecciones que se pudieran albergar, por quienes fuesen, en aras de los supuestos a-constitucionales, tanto de antes como del propio 23’F, por los grupos que fueren protagonizadas, podían seguir, tanto expresa como tácitamente, en modo alguno tras el momento del 24’F. Como tampoco ser causa de amedrentamiento, coerción o influjo en cualquier tipo/forma/manera /modo de imbuición y/o seguimiento.

Los ciudadanos españoles éramos constitucionalmente iguales antes del 23’F, en el 23’F y después de 23’F, la España Nación era entonces y ha seguido después siendo una, y en ella están insertos sus constitucionales y equipotenciales quince pueblos regionales, en la práctica diaria de todos los y cada uno de valores constitucionales, en el directo protagonismo de todos los derechos constitucionales y , claro está, en el cumplimiento de todos y cada uno de los deberes constitucionales.

Ver otra vez «La Isla del Tesoro» no nos parece mala idea, otra cosa es que las circunstancias y el ambiente social sean de absoluta normalidad cívica, como corresponde a un democrático y constitucional Estado de Derecho, basado en la prevalencia del texto de la Constitución Española de la data de fecha en el día 6-12-1978.

 

La isla del tesoro (1950)

Sinopsis

El capitan William Bones, un viejo lobo de mar, llega enfermo a la posada de la madre de Jim Haxkins y antes de morir, entrega a Jim el mapa del tesoro del pirata Flint, recomendándole que esté prevenido contra el hombre de la pata de palo. Jim se lo cuenta todo al Sr. Trelawney y al doctor Livesey y juntos deciden emprender la búsqueda del tesoro. Contratan una tripulación y parten hacia la isla donde está escondido el tesoro. En mitad de la travesía, Jim se da cuenta de que la mayoría de la tripulación son piratas de Flint y de que el cocinero, un hombre con la pata de palo, llamado John Silver el largo, es el antiguo contramaestre de Flint, contra el que le previno el capitán Bones. Al llegar a la isla, los piratas, al mando de John Silver se amotinan y emprenden la lucha contra Jim, Trelawney, Livesey y los marineros fieles, para conseguir el mapa del tesoro. (FILMAFFINITY)

Dirección

Byron Haskin

Reparto

Bobby Driscoll

Robert Newton

Basil Sydney

Walter Fitzgerald

Denis O’Dea

Finlay Currie

Ralph Truman

Geoffrey Keen

Geoffrey Wilkinson

John Laurie

Francis De Wolff

David Davies

John Gregson

Andrew Blackett

Año / País:

1950 / Reino Unido Reino Unido

Título original:

Robert Louis Stevenson’s Treasure Island

Duración

96 min.

Guion

Lawrence Edward Watkin (Novela: Robert Louis Stevenson)

Música

Clifton Parker

Fotografía

Freddie Young

Productora

Walt Disney Productions

Género

Aventuras Piratas

 

Francisco Iglesias Carreño                                                                                      Del Instituto de Estudios Zamoranos Florián D´Ocampo