- El alcalde de León, José Antonio Diez, ha presentado en rueda de prensa la propuesta escultórica que correrá a cargo de Juan Antonio Cuenca, trabajador del Centro de Oficios y Artes Plásticas del Ayuntamiento de León
El alcalde de León, José Antonio Diez, ha anunciado esta mañana en rueda de prensa que la ciudad contará con un monumento para homenajear a la Semana Santa leonesa. Se trata, ha dicho, de “un regalo de la ciudad de León a los papones y paponas de todas las cofradías y hermandades que durante cinco siglos han mantenido la Semana Santa leonesa como un referente en sus vidas y en la ciudad”.
A este respecto, el regidor ha agregado que desde el Ayuntamiento “creemos que León y sus cofradías merecían un emblema que haga llegar a todos nuestros visitantes que León, además de ser un referente histórico y artístico, tiene una Semana Santa inigualable, de Interés Turístico Internacional, que debe ser respetada, conocida, difundida y amada como ya la amamos y valoramos los leoneses y leonesas”.
En la rueda de prensa el alcalde ha estado acompañado por la concejala de Promoción Económica, Susana Travesí, y el autor de la escultura Juan Antonio Cuenca, que es trabajador del Centro de Oficios y Artes Plásticas del Ayuntamiento de León. Será en el propio Centro de los Oficios donde se realice la escultura que, previsiblemente, podrá colocarse a lo largo del mes de septiembre.
Por su parte, Travesí ha asegurado que el Ayuntamiento con este monumento a la Semana Santa “salda una deuda histórica” con la ciudad. “Es un proyecto en el que llevamos meses trabajando y hemos querido darlo a conocer hoy, un momento crucial para todas las penitenciales de la ciudad que no pueden vestir sus túnicas ni pujar sus pasos. Queremos decirles que estamos con ellos en este momento tan difícil”, ha precisado.
Tradición y pasión cofrade
El autor ha explicado que el conjunto escultórico se denomina ‘Los sillares de la pasión’ y se situará en un lugar emblemático de la ciudad. Está compuesto por tres personas que idealizan la familia con el fin reflejar el carácter de la herencia de la tradición de esta pasión cofrade que va pasando de generación en generación.
La escultura representa a una mujer y a un hombre que porta una horqueta y que a su vez da de la mano a un niño observador y expectante que porta una cruz de hierro. Estas figuras, que llevan una mezcla de vestimentas para representar a todas las cofradías, caminan hacia delante sobre un primer bloque en pendiente ascendente que representa la evolución del paso del tiempo, ha relatado el artista.
En piedra artificial y casi 3,5 metros
El conjunto se realizará en piedra artificial (conglomerado de cemento y áridos), hierro base de obra (ladrillo forrado con losa de piedra) y se compondrá de cinco módulos independientes que instalados uno encima del otro consolidarán todo el conjunto ajustándose a unas dimensiones totales de 190 por 127 centímetros de base y 345 centímetros de altura en su punto más alto.
Las tres figuras están unidas entre ellas en la zona central con tres prismas cuadrangulares que representan los sillares de lo terrenal vinculándose también al concepto de la Santísima Trinidad que sirve como uno de los ejes principales de la religión cristiana. Sobre estos prismas descansa la esfera que representa el cielo, el universo y el origen de todo y a donde se inclina casi en conexión la cruz que porta el niño.
Los distintos niveles del plano donde se encuentran las juntas de los sillares, convergen todos en un mismo punto imaginario hacia donde avanzan los personajes, idealizando el camino hacia un mismo punto en común.