El presidente de la institución provincial firma el acuerdo con los pedáneos de Bustillo del Páramo y La Milla del Páramo
El presidente de la Diputación de León, Eduardo Morán, acompañado del vicepresidente, Matías Llorente, y la diputada de Desarrollo Rural, Avelina Vidal, ha firmado este martes sendos acuerdos con las juntas vecinales de Bustillo del Páramo y La Milla del Páramo para la cesión, a título gratuito y por un plazo de un año con posibilidad de prórroga de otro más, de las 9,3395 y 12,3611 hectáreas, respectivamente, emplazadas en la Finca Las Matillas (110 hectáreas), propiedad de la institución provincial, con el objetivo de que las entidades locales menores procedan a arrendarlas a vecinos del pueblo para aprovechamiento agrícola.
Este proceso de cesión, que llevaba atascado siete años, ha sido desbloqueado por el actual equipo de gobierno de la Diputación y permitirá a la institución provincial, de una parte, reducir el déficit que genera esta finca, y a las entidades locales, de otra, poner a disposición de sus vecinos, preferentemente de jóvenes y mujeres, la utilización de estas parcelas redundando en beneficio de estas localidades por contribuir a la fijación de población.
Se trata, no obstante, de una solución transitoria, pues el objetivo final es ceder los derechos sobre estas fincas a quien las trabaje, un proceso en el que se sigue avanzando. De momento, se autoriza a las citadas juntas vecinales a la utilización provisional de estos terrenos de dominio público con la condición de que promuevan un aprovechamiento que optimice la situación económica y financiera de la entidad local menor en beneficio de la colectividad vecinal, además de contribuir a un fin de interés social como es el objetivo de establecer población. De este modo, quedan definidas las superficies para cada una de las juntas vecinales y se facilita que, de forma inmediata, se pueda proceder al cultivo de estas parcelas.
El propósito del área de Desarrollo Rural, que encabeza la diputada Avelina Vidal, es reducir el déficit que anualmente genera la Finca de Las Matillas, en Bustillo del Páramo, a la institución provincial, al mismo tiempo que se permite a los agricultores de la zona sacar un rendimiento con el aprovechamiento agrícola de los terrenos.
Una vez desbloqueada esta reiterada solicitud de las juntas vecinales de Bustillo y La Milla, se continúa con el proceso de venta del ganado de las 90 hectáreas que sigue gestionando la Diputación para, a partir del próximo ejercicio, arrendar el terreno en fincas de unas diez hectáreas por periodos de cinco años.
La finca Las Matillas
La historia de la finca Las Matillas que la Diputación explota en el término municipal de Bustillo del Páramo, en terrenos cedidos por las juntas vecinales de Bustillo y La Milla del Páramo, está íntimamente ligada a la evolución del sector agroganadero en la provincia de León. Su origen se remonta a la década de los 70. Según consta en las memorias de la institución, por entonces más del 42% de la población activa de la provincia de León se dedicaba a la agricultura y a la ganadería, áreas que todavía eran competencia de la administración provincial, que veía la necesidad de una “importante investigación agraria a partir de la cual pueda, racionalmente y con éxito, orientarse la nueva agricultura leonesa” (Memoria de 1967 de la Diputación de León). La seña de identidad del campo leonés de aquella época era la de los “trabajadores autónomos con fuerte sentido familiar”, por lo que se aconsejaba extender la “aplicación de fórmulas para el agrupamiento: cooperativismo, explotaciones comunitarias, acciones concertadas y otros tipos de asocio que den a la actividad agraria un nervio empresarial”.
En este contexto, y fruto del concierto firmado con la Dirección General de Ganadería en 1964 para establecer una red de granjas agropecuarias y del convenio con el Ministerio de Agricultura en 1973 para el Programa de Desarrollo Ganadero, se pone en explotación la finca Las Matillas “para la mejora ganadera” con “la cesión de sementales a paradistas oficiales”. Además, se le auguraba a esta explotación a finales de la década de los 70 la posibilidad de convertirse “en un centro de investigación aplicada” que ya “hoy por hoy -se decía en la Memoria de la Diputación Provincial de 1979- contribuye a la introducción, en León y concretamente en el Páramo, del sistema de estabulación libre para el ganado vacuno”.
Casi medio siglo después se puede afirmar que la finca de Bustillo ha cumplido con lo que se propuso: contribuir a la industrialización de los productos del campo mediante el ensayo de nuevos cultivos para su introducción en el campo leonés, la obtención de reproductores selectos y ser sede de investigaciones como la de la lucha antigranizo que en los años 90 se llevaba a cabo en el Centro Operacional instalado en la finca de Bustillo del Páramo en coordinación con la Universidad de León.