La Encuesta de Población Activa del 1ºT de 2021, publicada hoy por el INE, nos deja una foto amarga del mercado laboral en la provincia, con caídas generalizadas en los principales indicadores de actividad y de empleo, lo que vuelve a constatar el daño producido por la crisis sanitaria y las restricciones de la tercera ola, unido a los desequilibrios endémicos de esta provincia con más población inactiva que activa (7.500 personas más) y la peor tasa de actividad de la Comunidad (49%)
El número de personas sin trabajo aumentó en León en el primer trimestre en 4.100 parados. A pesar de todo, la tasa de paro de León descendió hasta el 14,12%, cuando hace un año se situaba en el 15,27%, pero aumentó respecto al trimestre anterior donde estaba en el 12%. En la actualidad el número de desempleados se sitúa en 27.300 personas, (3.500 menos que hace un año). Comparándolo con los índices que arroja la Comunidad y España, la tasa de paro en la provincia está un punto y medio por encima de la media de Castilla y León, que está en el 12,6%, pero casi dos puntos por debajo de la tasa nacional (15,98%).
Desde el inicio del confinamiento, la provincia de León perdió casi 8.000 activos y 4.500 ocupados, lo que sigue restando en el número de personas en edad y disposición de trabajar que cae hasta las 193.700 personas y en la cifra total de ocupados que disminuyó hasta las 166.300 personas. Situación preocupante por cuanto menos de la mitad de la población es activa y nos coloca con la peor tasa de actividad de Castilla y León y la segunda más baja de España, el 49,04% frente al 53,68% de la comunidad y el 57,69% de la media nacional.
La foto de la situación laboral no estaría completa sin contar a los trabajadores que siguen en ERTE, que a finales de marzo eran 7.344 personas que figuran como ocupadas pero a efectos prácticos con el empleo suspendido.
Con todo ello, es inaplazable que las administraciones públicas implementen medidas que corrijan los graves desequilibrios que atenazan a la provincia de León, el primero de ellos la constante y dramática pérdida de población, y que faciliten la actividad económica y emprendedora que es la única que puede generar empleo productivo.